Revista Alumni

Repensar las empresas: una pyme familiar revela sus alternativas para consolidar el compromiso con la sustentabilidad

Publicado viernes 9 de septiembre de 2022

Faen se dedica a la fabricación de envases plásticos para diversas industrias y desde hace unos años comenzó a tomar acciones para mejorar su impacto con el medioambiente.

Desde sus inicios, en 2005, Faen funciona como una pyme familiar que se dedica a la fabricación de envases plásticos para diversas industrias. Sin embargo, durante los últimos años, la firma comenzó una transformación trascendental: se abocó a la sustentabilidad y modificó sus iniciativas para cumplir con ese objetivo.

Las raíces de esta empresa, en realidad, se remontan a los años ’50, cuando los abuelos de Leandro Completa, CEO de Faen, llegaron a la Argentina desde Castelli, un pueblo de Italia, y comenzaron a confeccionar macetas de barro. Instalados en Escobar, elaboraban macetas para los viveristas de la zona.

Años después, los productos hechos con barro se industrializaron y la familia direccionó su trabajo hacia el plástico hasta ir sumando poco a poco clientes en distintos sectores. “La industria venía creciendo de envases para el agro. Alquilamos una planta en Malvinas con la idea de hacer nuestra fabrica propia”, recordó Completa.

“No fue fácil, pero nos fuimos consolidando y 10 años después nos mudamos a nuestra fabrica en Loma Verde. Teníamos el espacio, el terreno, después montamos las instalaciones y en marzo de 2016 nos mudamos definitivamente”, rememoró.

Actualmente la empresa cuenta con 130 personas y 60 clientes activos del agro, la construcción o el rubro alimenticio, entre otros. Además, la compañía que fue reconocida por su compromiso con el planeta y se consagró con el Premio de Oro en la quinta edición del Premio a la Pequeña y Mediana Empresa.

Un paso hacia la sustentabilidad

Entre las distintas cuestiones que destacó el CEO de Faen, una de las principales tiene que ver con la reconversión de su firma hacia un esquema más sustentable. “Nosotros fabricamos productos de un solo uso. Tenemos que trabajar más con envases de reciclado, que minimice la huella de carbono”, señaló.

“Buscamos alternativas dentro de lo que hacemos, lo que creemos que es un buen producto, pero intentamos encontrar con eso la forma de bajar la huella de carbono. Si podemos trabajar sobre el reciclado, entonces nuestra idea es reciclar y empezamos a hacer una logística inversa”, explicó.

En este sentido, contó, antes se utilizaban palets descartables y ahora se creó un sistema de circulación para que esos artículos vuelvan a la empresa. Es decir, se reutilicen. De esta manera se minimiza el impacto ecológico y económico.

La iniciativa, que empezó como un ensayo, cuenta con la adhesión de ocho clientes y, según estimaciones de Faen, evitó la tala de 800 años en un año, ya que calculan que un palet representa el 10% de un árbol.

Un cambio de perspectiva

A la hora de pensar en su modelo de sustentabilidad, Completa reflexionó: “Lo que cambia es la forma en que las empresas miran la parte sustentable. Hay un interés más importante sobre las prácticas y sistemas de negocios que cambien su filosofía de trabajo”.

“Es re importante. Hay veces en que el mercado lo exige y otras que no. Nosotros lo hacemos por vocación pura. Fue costoso al principio porque nos tuvimos que reconvertir, pero ser sustentable es una forma de pensar. Medir cada impacto de tus acciones, buscar alternativas para el impacto ambiental, económico. Ser sustentables es tener objetivos, ampliarlos y registrarlos. Eso se extrapola a cada acción de lo que hacemos”, aseguró. Y agregó que la sustentabilidad no cuenta solo con un impacto positivo en términos de ambiente, sino que también otorga una solución de negocios.

Además de apuntar los esfuerzos de la compañía hacia objetivos más amigables con el ecosistema, Completa sumó el aspecto social. En la firma se desarrolló un trabajo para que la firma funcione como sede para que jóvenes puedan estudiar y realizar prácticas de trabajo.

“Nos dimos cuenta de que la iniciativa es para devolver a la sociedad. Y nos brinda una bolsa de trabajo para el futuro”, amplió.

Experiencia en IAE

El CEO de Faen mantuvo varias experiencias en IAE, por lo que, según consideró, se convirtió en un “alumni muy fiel”. “Hice un Dpme en 2010, un programa de formación ejecutiva, otro programa para directores y una formación para empresas de familia. De los últimos 12 años, cada dos o tres pasé por IAE”, enumeró entre risas.

“Le tengo mucho cariño al IAE. Siempre es muy lindo ir, los docentes son excelentes. Para mí el campus es ir a Harvard. Está a niveles de los mejores del mundo”, analizó.

Y subrayó el método de experimento de casos como una de las más interesantes formas de aprender. “El mundo de los negocios no es una ciencia exacta. El enfoque multiangular de ver las cosas es una forma de trabajar distinta. Siempre me gustó la forma de abordar los casos. Escuchar la experiencia de los profes es muy enriquecedor. Es un orgullo porque no tenemos nada que envidiarles a lugares del exterior”, opinó.

“Yo empecé haciendo tramites y hoy me desempeño como gerente general hace tres años. Arranqué de la nada. En un momento fui gerente de operaciones en 2013 y ahí salte a la gerente general. Me lleve a una visión muy completa de la empresa. El IAE me ayudó mucho a abrir la cabeza, acumular experiencia”, aseveró.

Por último, deslizó una serie de desafíos a futuro para la empresa, como el avance del gobierno corporativo de la firma y la búsqueda de unidades de negocio nuevas. “Hay material para volver a IAE”, concluyó.