Revista Alumni

“Una experiencia fuera de las fronteras permite abrir mucho la cabeza”

Diego Colicchia - Gerente General de Operaciones en Brasil de Wärtsilä
Publicado lunes 4 de septiembre de 2017

-¿Cómo es trabajar en Wärtsilä, una empresa con presencia en 70 países?

-Trabajar en Wärtsilä es una oportunidad y un desafío al mismo tiempo. Wärtsilä como empresa multinacional me dio la oportunidad de crecer y desarrollarme a lo largo de estos años. Tuve la oportunidad de realizar varias capacitaciones en el extranjero en distintos países y universidades de renombre, incluido el PDD en el IAE en el 2013, experiencias que jamás voy a olvidar y que marcaron mi camino. Ese networking y aprendizaje fue fundamental para la posición y responsabilidad que me toca ejercer hoy. Hace tres años un nuevo desafío tocó mi puerta: la oportunidad de liderar las operaciones de la empresa en Brasil como expatriado. Sin dudas una experiencia fuera de las fronteras permite abrir mucho la cabeza. Es un aprendizaje muy rico poder ejercitar otra visión de las cosas. Aprender de otras culturas es un proceso de madurez en sí mismo y agrega mucho valor.

“Es un aprendizaje muy rico poder ejercitar otra visión de las cosas. Aprender de otras culturas es un proceso de madurez en sí mismo y agrega mucho valor"

-¿Qué es lo que más le gusta de trabajar en operaciones? ¿Qué cualidades hay que tener para trabajar en esta área?

-Operaciones tiene el encanto de la dinámica exponencial, pasás del frío al calor en cuestión de minutos. Siempre decimos que las virtudes que debe tener la persona que se dedica a operaciones son: la vocación de servir, la habilidad para sortear los obstáculos y la capacidad de reinventarse para seguir mejorando continuamente. En operaciones se celebran las pequeñas victorias. Hoy tenemos un mercado muy globalizado, de cambios rápidos y muy exigente. Operaciones es el encargado de entregar calidad en el menor tiempo posible con la obligación de ser competitivo. Hoy los clientes no están dispuestos a pagar más sólo por una marca, un nombre o un top mind. Están dispuestos a pagar más si uno realmente es ese diferencial del resto del mercado.

Este año, por ejemplo, en Brasil presentamos el “Ingeniero de Servicio virtual”, un equipo que al usar tecnología de realidad virtual, nos permite brindar asistencia remota en cualquier punto geográfico. Eso permite que cualquier desvío pueda ser resuelto en ese momento sin tener que realizar servicios adicionales. Muchas veces las empresas cuentan con una estructura de soporte superlativa, años de know how y experiencias que no consiguen materializar y entregar en sus servicios. Innovación y tecnología es el vínculo que permite acercar todo eso y ser reconocido como un valor por los clientes.

-¿Desde hace cuántos años vive en Brasil? ¿Cómo es su experiencia como expatriado?

-Vivo en Brasil, en Rio de Janeiro, desde el 2014. Brasil me recibió con los brazos abiertos y más allá de los desafíos laborales, fue maravilloso ver la integración de mi familia, la adaptación de mis hijos en el colegio y a la cultura. A pesar de cualquier dificultad natural que tenemos los expatriados, la incertidumbre de cómo tu familia se va adaptar al medio es algo que preocupa y mucho. El rol de la familia es decisivo en cualquier proyecto de expatriación y es el motor del éxito de toda la ecuación.

-¿Cómo son vistos los argentinos que trabajan en el exterior? ¿Qué es lo que más se valora?

-Son muchos los argentinos que se encuentra trabajando en Brasil y muchos en posiciones ejecutivas en empresas líderes. He estado en contacto con muchos de ellos compartiendo experiencias y dudas y uno de los motivos del contacto ha sido la experiencia común del IAE. Es muy grato saber que somos reconocidos y admirados por nuestras cualidades. Creo que la visión del argentino en el exterior es bastante contradictoria. El argentino turista es visto como arrogante, transgresor, alguien que busca el protagonismo banal de ser el ombligo del mundo y que su tono de voz se destaque entre la multitud. Pero el argentino que por diversas circunstancias ha tenido o tiene una experiencia personal en el exterior goza de un reconocimiento y prestigio que sobresale, es digno de ser destacado y de orgullo para nuestro país. El profesional argentino formado es codiciado por varios factores claves: calidad en la gestión y excelente liderazgo. Sabe “encantar” y “entusiasmar”, inclusive en situaciones difíciles, a pesar de ser frontal y directo. Por último, es en los escenarios complejos en donde saca las mejores virtudes, resuelve, es creativo y consigue deslumbrar con su pragmatismo sin perder profesionalismo.

Una reflexión final y no menos importante: para que tengamos un equipo exitoso no es suficiente únicamente con un Messi, precisamos también de otros jugadores y roles del equipo. Precisamos entender y aceptar que la suma de medallas plateadas y de bronce a veces valen más que una de oro.

Aquí, en Brasil, en diferentes foros en los que participo me preguntan lo mismo: ¿por qué con tanta habilidad e idoneidad fracasamos tanto como país? Mi respuesta es simple: tener individuos destacados y exitosos es tan importante como tener una sociedad destacada. Generamos pasiones que debemos traducir mejor en el resultado colectivo, precisamos sumar más equipos buenos y menos individualidades. Para superar el límite y vencer, necesitamos personas profesionales, notables, distintas, que corran riesgos y de sólidos valores. Eso sin duda marca la real diferencia en cualquier equipo exitoso.