La agenda del debate entre economistas tiene en estos días dos temas centrales: el dólar y el riesgo país. Son dos variables claves, que definen el escenario de corto plazo, la capacidad de crecimiento del nivel de actividad o la baja de la inflación, el tema que, según reconoce el Gobierno, ocupa el primer lugar entre las prioridades.

En ese escenario, los analistas destacan que el contexto financiero mostró estabilidad tras la flexibilización del cepo, con una dinámica inflacionaria que tiende a desacelerarse. Pero advierten por la fragilidad de las reservas en el Banco Central y el elevado riesgo país, que encarece un eventual acceso a mercados internacionales.

"Es un año crítico para el programa de [Javier] Milei", afirmó el exministro de Hacienda Alfonso Prat-Gay (2015-2016), al hablar sobre el plan que el Gobierno puso en marcha desde diciembre de 2023. El economista calificó de "magistral" la "salida del cepo", pero advirtió por la necesidad de crecimiento, encendió luces amarillas por la falta de acumulación de reservas y cuestionó el nivel cambiario y el déficit de las cuentas externas.

"Si a las reservas netas, que son negativas, y al déficit externo les agregamos la deuda que hay que pagar cash, no hace falta ser economista para ver cuál es el resultado final", planteó el expresidente del Banco Central (ejerció ese rol entre 2002 y 2004), en un encuentro organizado por el IAE Business School, donde analizó los "temas claves" en la economía que viene.

En cuanto a las reservas y a la dinámica de entrada y salida de dólares, Prat-Gay planteó que "la pregunta clave es cómo va a hacer el país para pagar los vencimientos de los próximos tres años, a pesar de que tenga superávit fiscal", y afirmó que "es esencial tener equilibrio externo" y que "viene bien tener equilibrio fiscal".

Por último, retomó la cuestión sobre el déficit externo. "No hay antecedentes de planes de estabilización en los que el sector exportador no jugó un rol central, y por eso, en general, los planes que funcionaron arrancaron con un tipo de cambio real relativamente alto. El Gobierno piensa que no es así y nos va a demostrar que las cosas pueden funcionar de otra manera. Esperemos a ver si efectivamente tienen razón", concluyó.

En tanto, en un debate organizado por IAE Business School, la economista Milagros Gismondi, de Cohen, opinó: "La flexibilización del cepo se hizo con mucha calma, que fue el objetivo. Viene muy bien y eso probablemente se siga viendo". Del encuentro también participaron Fernando Marengo, CEO de BlackToro, y María Castiglioni, directora de C&T Asesores Económicos, La baliza del programa Gismondi agregó: "El tipo de cambio se mantuvo este casi mes y medio en una banda dentro de la banda. Cuando tocó el centro de la banda, empezó a caer, y cuando tocó el piso de cómo vendría el crawl anterior al 1% mensual, también subió", precisó Gismondi, quien destacó que "la gran baliza del programa es lo fiscal".

Por su parte, Castiglioni destacó la baja de la inflación luego de la flexibilización del cepo. "Creo que hay algo extraordinario que tiene que ver con el comportamiento del dólar mucho más benigno de lo que algunos esperaban", dijo la economista. Y planteó que la eliminación de los controles "alargó el horizonte" y permitió que "muchos decidieran no corregir precios o incluso bajarlos".

Según Castiglioni, esa dinámica se vio no solo en alimentos, sino también en otros bienes y servicios". La economista destacó que el Gobierno logró una desaceleración inflacionaria, aun con "corrección de precios relativos".
Marengo destacó la disciplina fiscal del Gobierno ("la Argentina con superávit no lo vimos nunca", dijo), e indicó que el país tiene "un primer gran problema, que es el reputacional". "Somos el país con más reestructuraciones de deuda del mundo", planteó el economista, al explicar los motivos por los que el riesgo país no cae a valores similares a los de otros vecinos de la región.