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Revista Alumni

Summit 2020: ADN de triple impacto

Publicado viernes 27 de noviembre de 2020

El ADN de Triple Impacto: económico, social y ambiental, también fue parte del Summit 2020 del IAE, del cual participaron Pedro Tarak, co-fundador de Sistema B, Sabina Zaffora, gerente de Sustentabilidad para América Latina de Natura, Ayelén Pajes, vicepresidente de Acorazado S.A., y Alberto Willi, profesor IAE Business School, moderados por el conductor y emprendedor Julián Weich.


“Además de la política de las ONG, los movimientos sociales y las empresas desarrollando responsabilidad social empresaria, tenemos la posibilidad de reinventar las reglas del mercado, resolviendo problemas sociales y medioambientales a gran escala”, dijo Pedro Tarak.


“Creo firmemente que los seres humanos somos cocreadores de nuestro presente y de nuestro futuro. Las empresas B son una nueva genética empresarial, porque tienen tres características muy innovadoras. Todos piensan que el propósito de las empresas es la rentabilidad financiera. El triple impacto es no pensar solo en lo económico, pensamos en lo social y en lo medioambiental al mismo tiempo”, agregó.


Ayelén Pajes contó sobre la marca de su empresa, Mr. Trapo, que nació hace 30 años, tiene su base productiva en el parque industrial en La Plata y emplea a más de 100 trabajadores. Ahí fabrican trapos de piso utilizando materiales reciclados. “Hace bastante estábamos con ganas de que la empresa sea de triple impacto. Mi marido es el presidente de la compañía y yo la vice. Cuando tuvimos a nuestra hija Catalina, se aceleró este pensamiento de qué le vamos a dejar a ella”, contó.


“En cuanto a la comunicación de lo que hacemos, decidimos darle mucha más impronta ahora: no solo reciclar, sino también comunicar a la sociedad y explicar, que entiendan el proceso y las máquinas que usamos. Por mes, reciclamos 145.000 kilos de jean por mes”, agregó.


Sabina Zaffora, por su parte, contó que Natura nació hace 40 años, como una empresa B que vende cosméticos. “La compañía nació así porque los presidentes fundadores pensaron no solo en el fin del negocio, sino en el proceso y el propósito”, indicó.


Luego se refirió a los costos de corto plazo que implica tomar una mayor responsabilidad de los insumos que se utilizan en la producción. “Hay una tensión entre el desarrollo de mediano y largo plazo. Si compramos un insumo que no es justo con nuestros valores, a la larga tiene implicancias altísimas en la marca y en el prestigio, que es un valor incalculable. Sabemos que nuestros consumidores nos eligen por el valor ético; así es como entramos a mercados tales como Europa o Malasia. Tiene que ver con ser sostenibles y coherentes en el tiempo. A veces implica ir por el camino más estresante, el más largo, pero es el que tiene mayor reconocimiento”, agregó.


Alberto Willi dijo: “Nos estamos dando cuenta de que todas las organizaciones son de triple impacto, que no nos hagamos cargo de ese triple impacto, no significa que no lo tenga”.


“Todas las empresas tienen impacto en lo social y lo medioambiental. Ahora es mucho más fácil hablar de esto, hace 10 años era más difícil, porque todos querían solo generar valor económico. Hoy hay mucha más conciencia social. Mi desafío como profesor es no plantearlo como una utopía, sino como posible. Cuando cambias la mentalidad, las oportunidades aparecen”, aconsejó.