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Innovar desde el sistema: una mirada académica al caso vitivinícola argentino según Gerald McDermott

En una entrevista del podcast The Cellar Door, el abogado y entusiasta del vino Tom Massey conversó con el profesor Gerald McDermott sobre su estudio “Public-Private Institutions as Catalysts of Upgrading in Emerging Market Societies”. En el contexto del crecimiento sostenido de la industria vitivinícola argentina, el artículo enfatiza el rol clave de las instituciones y las redes de conocimiento en la mejora constante de los productos y procesos.
Publicado miércoles 6 de agosto

En una entrevista del podcast The Cellar Door, Gerald McDermott —Senior Research Fellow de IAE Business School y director del departamento de Negocios Internacionales en Darla Moore School of Business— analizó la transformación de la industria vitivinícola argentina y el rol clave que desempeñaron las instituciones público-privadas en ese proceso.

El punto de partida de la conversación fue un paper escrito por McDermott: “Public-Private Institutions as Catalysts for Upgrading in Emerging Market Societies”. El estudio, que forma parte de un proyecto de investigación realizado en colaboración con IAE Business School, analiza cómo las instituciones público-privadas —cuando están bien diseñadas— pueden actuar como catalizadoras del crecimiento sostenido en sectores estratégicos de economías emergentes.

La entrevista, dividida en tres partes, recorre diferentes niveles de análisis: en la primera, se explora la transformación de la industria vitivinícola en Mendoza y Argentina; en las siguientes, McDermott amplía la mirada hacia principios más generales sobre las instituciones y redes organizacionales que permiten que un ecosistema de innovación sea exitoso y resiliente en distintos contextos del mundo.

 El caso Mendoza: del caos a la cohesión

¿Qué hace que una industria desorganizada, con exceso de oferta y escasa diferenciación, logre transformarse en un sistema innovador, competitivo y sustentable? Según McDermott, la respuesta está en la arquitectura institucional: redes, reglas y vínculos que permiten compartir conocimiento, regular tensiones y construir valor colectivo.

Mendoza aparece como un caso paradigmático. La transformación de su industria del vino —de un sistema fragmentado y desorganizado a uno competitivo e innovador— fue el resultado de la articulación entre actores públicos y privados, redes de conocimiento y mecanismos de gobernanza que permitieron compartir información, generar confianza y escalar buenas prácticas.

Estas instituciones actuaron como “puentes sociales y cognitivos” entre comunidades productivas previamente aisladas: generaron espacios de diálogo, estandarización de procesos, transferencia tecnológica y profesionalización del sector. Todo esto anclado en reglas de gobernanza que permitieron sostener la cooperación a lo largo del tiempo.

McDermott sostiene que, si bien el caso de Mendoza es singular, los principios detrás de su éxito son replicables: fortalecer redes, generar reglas claras de cooperación y fomentar la circulación de conocimiento.

La segunda parte de la entrevista respondió a la pregunta: ¿cómo saber si un sistema está preparado o necesita innovar? Según el profesor, los sistemas listos para innovar muestran una combinación de elementos:

  1. Redes diversas de actores y perspectivas: que cruzan límites sectoriales y fomentan la circulación de ideas.
  2. Redes de confianza interinstitucional: relaciones estables y duraderas entre sectores público y privado, que permiten tomar decisiones colectivas, regular prácticas nocivas y promover mejoras.
  3. Capacidad de aprendizaje colectivo: espacios donde diferentes actores comparten información y se nutren mutuamente.
  4. Capacidad de autocrítica y adaptación: los sistemas saludables no temen revisar sus prácticas, identificar cuellos de botella y experimentar soluciones.

Cuando estos componentes faltan o se erosionan, aparecen señales de alerta: estancamiento, desconfianza, fragmentación, pérdida de competitividad.

Otro eje de la conversación fue el concepto “inverse benchmarking”: aprender de experiencias externas (por ejemplo, Australia) y adaptar esos aprendizajes al propio ecosistema, sin copiar modelos ni diluir la identidad. Innovar, explica McDermott, es mantener una tensión creativa entre lo que se es y lo que se puede ser. Es tener estructuras que habiliten esa tensión, que alienten la mejora sin imponerla, y que sostengan el desarrollo como un proceso colectivo.

Casos comparados: Silicon Valley y el salmón chileno

En la tercera y última parte de la entrevista, McDermott amplía el enfoque y analiza otros dos casos: el ascenso de Silicon Valley y la caída de la industria salmonera en Chile. Ambos ilustran cómo, sin redes institucionales sólidas ni mecanismos de regulación adaptativos, los sistemas pueden colapsar

En el caso chileno, la falta de gobernanza compartida llevó a una crisis sanitaria, ambiental y económica. En Silicon Valley, el exceso de contratos, control financiero o concentración de unos pocos actores limitan cada vez más la innovación.

Más allá del caso argentino, la entrevista deja una serie de principios para innovar que pueden guiar a industrias de toda la región:

  • Aprender desde adentro y desde afuera. La innovación no surge solo desde lo local ni únicamente desde lo global: requiere una combinación estratégica de saberes y experiencias.
  • Sostener la diversidad. Cuando pocas firmas dominan el sistema, se reduce la capacidad de experimentar. La variedad —de ideas, actores y prácticas— es el combustible de la innovación.
  • Regular con visión sistémica. Las reglas no deben ahogar la creatividad, pero sí orientar el desarrollo hacia objetivos colectivos de calidad, sostenibilidad y competitividad.
  • No esperar “la gran innovación”. El cambio significativo, en la mayoría de los casos, ocurre paso a paso, de forma acumulativa.

Estos conceptos son aplicables a múltiples sectores productivos donde la innovación y la mejora continua son esenciales para competir globalmente. El diálogo con McDermott demuestra que pensar en sistemas no es solo un ejercicio académico, sino una herramienta concreta para construir industrias más fuertes. El mensaje es claro: no hay desarrollo sin instituciones. No hay innovación sin redes. Y no hay resiliencia sin visión compartida.

🎧 Escuchá la entrevistra completa en The Cellar Door Podcast

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Fuente/Copyright: IAE Business School