Seguinos en

CEFAM

La Renovación del Acuerdo Familiar Dimare: un paso más en la evolución de Juguetes Rasti

Después de más de diez años del primer Acuerdo Familiar, la familia Dimare volvió a mirar su historia para repensar juntos el camino recorrido y los nuevos desafíos que trae el crecimiento de la familia y de la empresa. En esta charla, comparten cómo surgió la idea de hacer su primer acuerdo, qué aprendizajes les dejó ese proceso y por qué sintieron que era momento de renovarlo. También cuentan cómo vivieron esta nueva etapa acompañados por el Centro de Empresas Familiares del IAE y qué esperan de la participación de la próxima generación en el futuro de Juguetes Rasti.
Publicado martes 16 de diciembre

Por Lucio Traverso

Los primeros años de la empresa familiar fueron difíciles, como muchas pymes argentinas. La historia comenzó a mediados de los años 60 con Antonio Dimare y sus hermanos, José y Alfredo. Estos inmigrantes italianos eran dueños de una fiambrería, pero querían invertir lo poco que tenían para comprar una fábrica de pastas. Así llegaron a Liniers luego de leer un aviso clasificado en el diario. La fábrica de pastas no los convenció, pero las vueltas de la vida les tenía otra sorpresa. Debajo del aviso "fábrica de pastas" figuraba "fábrica de plásticos". Caminaron unas cuadras más y así llegaron a Plásticos Barr, un sencillo taller que estaba a la venta. Al principio el crecimiento fue lento porque los hermanos tenían poco capital, pero a mediados de los años 70 se produjo el primer hito de la compañía con el lanzamiento de Plastiblock, una línea de encastre que fue un éxito en el mercado. En los años 80 la empresa comenzó a exportar sus productos a Estados Unidos, otros países de América Latina, Europa y África.

En 1990 exportaba hasta el 35% de la producción, pero con la apertura de la economía la compañía tuvo que reinventarse y los Dimare pasaron de ser fabricantes a ser importadores. Fue en esta nueva etapa que se incorporaron los hijos de Antonio a la empresa. En 1998 Antonio se separó de sus hermanos y compró la empresa. La crisis del 2001 fue un gran desafío para Juguetes Dimare. Los depósitos de la empresa se llenaron de mercadería importada que los clientes ya no querían y la compañía tuvo que cambiar de rumbo nuevamente retomando la producción de juguetes.

Así, al año siguiente, la empresa lanzó nuevas marcas propias: Bimbi (una línea para bebés) y Armatron (una línea didáctica de armado). Dado el éxito de los productos, un año después la compañía lanzó Blocky, una línea de ladrillos de encastre que se hizo muy popular. Pero además de Blocky, Antonio Dimare tenía otra idea en mente: recuperar las matrices y la marca alemana Rasti que no había podido adquirir cuando estuvieron a la venta. Así nació la "Operación Rescate", que consistió en casi cuatro años de búsqueda de las matrices desde la Argentina hasta Brasil para volver a fabricar el producto en la planta ubicada en Lomas del Mirador, partido de La Matanza. La incorporación de Rasti a la empresa marcó un hito. Luego de obtener las matrices y la marca se presentó otro gran desafío: cómo hacer para mantener en el portfolio Blocky y Rasti, dos marcas en la misma categoría y que no se fagocitan. Rasti se lanzó en 2007 con una fuerte campaña en comunicación y fue muy bien recibido en el mercado.

¿Cuándo y porqué decidieron en su momento hacer un AF?

En 2009 conocimos la existencia de Acuerdo o Protocolo Familiar en un evento del IAE y nos pareció oportuno y prudencial encarar su realización para establecer criterios sobre el desenvolvimiento de la empresa familiar y la familia empresaria. Tanto en ese momento como hasta ahora, la relación entre los 6 familiares propietarios era y es cordial, abierta y honesta.

¿Fue difícil hacerlo?

Inicialmente fue difícil porque intentamos hacerlo solos en base a algún modelo que teníamos y a charlas que habíamos ido para conocer del tema. Pero no nos funcionó y no avanzábamos. El próximo paso fue hacerlo con el acompañamiento de un profesional experto y no solo que nos facilitó muchísimo el proceso, sino que también nos permitió disfrutarlo y en familia poner sobre la mesa temas que nunca habíamos conversado.

¿Quiénes participaron?

Participamos los Dimare de cada rama familiar, o sea, mi padre Antonio, y sus 5 hijos. Solo en una reunión, participó mi madre, ya que ella no participa de la empresa.

¿Qué temas positivos aportó el AF en el día a día de la empresa y la familia?

La claridad en los valores que deseamos preservar y enfatizar. Las políticas sobre el trabajo de familiares políticos y amigos. Las tareas y responsabilidades del Directorio, además de las que surgen de las disposiciones legales. El régimen de retribución de los gerentes, pertenecientes a la familia Dimare

¿Cómo hicieron para que se implementaran los temas acordados en el documento?

Primero, convocamos a una Asamblea Familiar para transmitir el contenido del protocolo familiar a todos los integrantes de la familia mayores de edad. Posteriormente, y como todos los temas acordados estaban muy relacionados a nuestro funcionamiento habitual hasta ese momento, no nos costó ponerlos en práctica o comenzar a hacerlos.

Renovación

¿Por qué decidieron que era necesario actualizarlo?

Gracias a nuestra participación exponiendo nuestro caso en vivo en programas del IAE como Dirección de Empresas Familiares, DPME, Sucesión y Protocolo, etc, nos dimos cuenta que había varios temas que faltaban revisar, renovar o incluir en nuestro protocolo familiar, debido a los cambios familiares y a la evolución de la empresa familiar.

¿Qué temas son los que entendieron debían rever y por qué?

Las condiciones de acceso de integrantes de la familia de la próxima generación ya que nos dimos cuenta de que las condiciones establecidas habían sido muy exigentes y que nuestros hijos demorarían en tener la opción de ingresar y hasta perderían el interés por ingresar a la empresa familiar. Otro de los temas revisados y actualizados fue el relacionado a las condiciones sobre la enajenación de participaciones sociales tanto a interesados externos como a los socios de los miembros de la familia. Por último, se revisaron y reactivaron algunas funciones del Consejo de Familia relacionadas a dar a conocer a los integrantes de la siguiente generación de funciones de las distintas gerencias ejercidas por los actuales integrantes de la familia y de orientarlos hacia la búsqueda de sus pasiones, idealmente actividades lideradas por nuestro padre y fundador.

¿Cómo lo hicieron?

Gracias a la recomendación y ofrecimiento del Centro de Empresas Familiares del IAE de acompañarnos profesionalmente a través de talleres de reflexión sobre el protocolo familiar original, integrantes del Consejo de Familia, propusimos dicho trabajo al resto de los socios.

¿Repitieron el mismo camino que en el primer AF?

¡No, esta vez ni intentamos hacerlo solos! Enseguida aceptamos la recomendación y ofrecimiento de acompañamiento del Centro de Empresas Familiares del IAE.

¿Quiénes participaron?

Gracias a Dios, participamos los mismos 6 integrantes de la familia empresaria.

¿Cuáles fueron los aspectos que ayudaron a que se realice la actualización?

Ante todo, la aceptación unánime de los 6 integrantes a la recomendación de una revisión. También la predisposición de cada uno de los Dimare a organizar sus agendas para asistir medio día a los talleres dictados en el Campus del IAE por profesionales del Centro de Empresas Familiares del IAE.

Además, nos ayuda el buen clima familiar, apertura para tratar este tipo de temas y por sobre todo el propósito primordial de preservar unida a la familia y velar por la trascendencia de Juguetes Rasti SA.

¿Qué nuevos desafíos plantea el nuevo acuerdo?

Organizar una próxima Asamblea Familiar con la presencia por primera vez de nuestros hijos adolescentes, la tercera generación. Planificar un programa de visitas informativas de los jóvenes a las distintas áreas de la empresa y su participación durante una semana en cada una, durante períodos vacacionales. Organizar encuentros en la empresa entre Antonio y sus nietos mayores de 14 años.

Tres aprendizajes positivos del proceso

El protocolo familiar es un documento "vivo" que necesita ir evolucionando a la par de la familia empresaria y de la empresa. La importancia de mantener una relación y comunicación sana entre los socios familiares facilita la confección y posteriores revisiones o cambios en protocolos familiares

El acompañamiento profesional, especializado y humano es esencial para generar un espacio de reflexión que permita una comunicación clara, efectiva y sana para acordar y ejecutar de común acuerdo.

Tres recomendaciones que puedan ayudar a otras familias.

Toda empresa familiar debería tener su Acuerdo o Protocolo Familiar. ¡El momento prudencial de hacerlo es cuando mejor está la relación familiar o sino hoy! El proceso para su reflexión, discusión y acuerdo es un gran momento para vivirlo con la cabeza y el corazón abiertos, con autenticidad y, sobre todo, pensando en un futuro familiar de unidad, convivencia amorosa que permita disfrutar a la familia y sus integrantes, pero también pensar en la trascendencia de la empresa y la prosperidad de sus socios

Agradecemos especialmente a la familia Dimare por la generosidad de compartir su historia, sus aprendizajes y su mirada sobre el futuro. Escucharlos hablar con tanta claridad, respeto y compromiso sobre la empresa y la familia inspira y deja una enseñanza valiosa: los acuerdos pueden renovarse, pero los valores que los sostienen siguen siendo los mismos.