Revista Alumni

Ciclo de actualidad. Cómo manejar una empresa familiar a través de las generaciones

Publicado viernes 12 de abril de 2019

 

Ernesto Cavallo, Martín Brandi, Julio Barbieri y Luján Barbieri fueron los directivos de empresas familiares a cargo del segundo panel del ciclo de abril. Eduardo Gil Roca estuvo a cargo del cierre

“Órganos de gobierno en la empresa familiar” fue el título del segundo panel del ciclo, que introdujo las experiencias de dos organizaciones: A.D. Barbieri y Petroquímica Comodoro Rivadavia S.A.

Ernesto Cavallo, vicepresidente de la petroquímica, contó los comienzos de la empresa de las familias Brandi y Cavallo, que tiene ya 70 años de vida. Durante 45 años fue comandada por los socios originarios; en 1995, quedó al mando de la segunda generación y ya está involucrándose la tercera.

Para Ernesto, una de las claves del gobierno de la empresa es diferenciar el ser socio del ser dueño: “El dueño va a manejar el activo a su gusto. Pero cuando uno es socio, forma parte de un grupo y lo importante es el equipo. En nuestro caso, tuvimos la suerte de vernos como socios o compañeros”.

 

Martín Brandi, presidente de la empresa, destacó la composición y la modalidad de trabajo del directorio actual. “De los 10 miembros, 6 son familiares. Uno de los directores independientes es un abogado especializado en temas de energía y el otro es un empresario exbanquero”, detalló. Además, cuatro de los directores no son accionistas. Se reúnen 2 o 3 veces por semana.

Consultado sobre su propia sucesión, Brandi señaló que espera concretarla pronto: “Un buen jugador debe poder darle la camiseta a uno mejor que él. Yo quiero pasarle ese espíritu a mi compañía”. “Hay que dejar espacio a las nuevas generaciones: además de tener una carrera profesional consolidada, tienen una energía diferente”, concluyó.

Julio Barbieri: “Estamos preparando a la tercera generación para el futuro”

 

Julio Barbieri es el director de A.D. Barbieri, empresa líder en el mercado de la construcción, la industria metalúrgica y plástica que acaba de cumplir 66 años. Tomó la palabra para contar sobre sus primeros pasos en la compañía que fundó su padre y cómo se preparan para dejar el legado a los más jóvenes de la familia.

“Viniendo de La Pampa, mi padre se accidentó. No había otra persona en la empresa, así que aceleré mi salida de Alpargatas, donde trabajaba, y empecé a acompañarlo”, relató Julio. Admitió que los primeros años fueron duros, sobre todo por el carácter fuerte de su padre, Arduin Darío Barbieri. Con el tiempo aprendieron a trabajar juntos y se sumaron su hermano y su cuñado. Cuando en 2012 falleció el fundador, los tres quedaron a cargo del directorio.

“En 1996 hicimos el protocolo, mientras nuestros hijos eran chicos. Fijamos pautas para el ingreso de los familiares en la empresa. Exigimos que fueran profesionales, con antigüedad de al menos dos años en otra organización”, contó.

En 2005, María Luján Barbieri, hija de Julio, comenzó a trabajar en la compañía. Es la actual gerente de la cadena de abastecimiento y representa a la nueva generación, que ya cuenta con un “Consejo de primos” que se reúne regularmente para conocer y opinar sobre el rumbo de la firma.

“Estamos preparando a la tercera generación para el futuro”, señaló Julio. Cada viernes organizan almuerzos en los que se reúnen todos los que trabajan en la empresa, no para hablar de negocios, sino de la cultura organizacional instalada por el fundador.

“Trabajamos mucho sobre el eje de la realización de cada persona, que sean felices, que se vayan a casa tan bien o mejor que como vinieron”, afirmó. Luján agregó que su objetivo no es ser “una familia dueña”, sino ser toda una familia, incluso los que no son Barbieri. “Tenemos un departamento de recursos humanos que está permanentemente diseñando estrategias de comunicación, evaluando el clima, los beneficios de la gente y su formación”, explicó.

Reforma impositiva: su impacto en la empresa familiar

El cierre de la jornada estuvo a cargo de Eduardo Gil Roca, Argentina Legal Leader de PwC Argentina. “Me toca ser más disruptivo con el estilo del mensaje”, avisó. Su charla abordó algunos aspectos de la reforma tributaria que son poco visibles y que cambian el patrón de relación de una sociedad con los socios que la componen.

“Durante 30 años tuvimos un sistema en el cual el impuesto a las ganancias se cobraba a las SA y SRL. El manejo de fondos de los accionistas estaba libre de tributación”, empezó. “Ese paradigma cambió con la reforma. El fisco ahora va a estar encima de las personas, más que de las empresas”.

Reducir los impuestos que pagan las compañías es una tendencia internacional. La contracara es que el socio será quien los pague al retirar dinero de la sociedad. “Se crean impuestos sobre los dividendos de las personas físicas. Esto nos llama a redefinir a qué llamamos dividendos”, resumió.

“Cualquier retiro que haga el accionista de la sociedad se imputa como dividendo hasta absorber las utilidades acumuladas del cierre del ejercicio anterior”, definió Gil Roca. “El pago de un gasto personal, el colegio de los chicos... la norma dice que son dividendos. Plantea no esperar al acta de asignación de dividendos. Es el movimiento financiero el que importa". Por esto, las cuentas entre la sociedad y el socio tienen que ser llevadas con reglas preestablecidas y precisas. El abogado y contador recomienda definir un buen flujo de fondos de lo que precisa el accionista para poder prever a qué concepto se va a imputar cada retiro. “Cuanto menos caiga uno en la discrecionalidad, mejor. Más allá de hacerlo para lograr una buena gestión, ahora existe un incentivo fiscal para ordenar las finanzas”, concluyó.