Revista Alumni

Ciclo de actualidad: creando para el futuro

El evento organizado junto a la comisión de creatividad de Alumni apeló a la pasión y al ingenio puestos al servicio de la empresa y, también, de los demás.
Publicado jueves 15 de agosto de 2019

En una semana complicada para el país, contra todo pronóstico, el Ciclo de Alumni de agosto contó con una participación récord. “Lo que está pasando nos tiene ocupados o preocupados, pero lo importante es que estamos acá”, destacó Gabriel Linck.

Por el rato que duró el evento, nos olvidamos de los dilemas políticos y nos conectamos con las historias de personas que, con su creatividad, inventaron desde publicidades memorables, como la de los González-García, hasta marcas de moda como Isadora y ONGs solidarias como Manos en Acción.

Damián Kepel: “Las grandes marcas siguen contando historias y son las que se viralizan”

El primer panel fue inaugurado por Damián Kepel, presidente y director general creativo de la agencia Kepel y Mata; una de las mentes maestras detrás de la publicidad de Quilmes del casamiento de los González-García.

“Las grandes marcas siguen contando historias y son las que se viralizan”, dijo en referencia a las publicidades que trascienden. En este contexto de evolución tecnológica, Damián es un defensor de “volver a las bases” y no perder de vista el “deber moral” de entregar al público un contenido interesante, gracioso, inteligente o lindo.

“Recibimos más de 1.000 estímulos diarios de marcas que quieren conectarse con nosotros. Quizás lo logren uno o dos”, afirmó. “Competimos con todos los contenidos que están dando vueltas y es más difícil trascender. Pero las emociones siguen siendo las mismas. Lo que nos hacía reír o llorar hace 100 años, hoy también lo consigue”.

“Lo esencial no cambió: los mensajes que siguen teniendo éxito son los que tocan una fibra sensible”, explicó Damián. Añadió que la creatividad no es una ciencia exacta y que suele implicar cruzar algunas barreras que quizás parezcan alocadas: “Los mensajes que trascienden salen de lo normal”.

Recomendó “confiar en lo que uno lleva”, su singularidad humana, y trabajar duro. “A la típica pregunta de ‘cómo se te ocurrió’, respondo: ‘Se te ocurre pensando’. Realmente no creo tener ningún don. Sí soy dedicado y trabajador. Es sentar la cola en la silla y no levantarte hasta que se te ocurra algo”, concluyó.

De una caja de zapatos a tres casas: la historia de Fifi Palou

Fifi Palou, directora ejecutiva de Manos en Acción, siempre se sintió “un bicho raro”: “En lugar de ir a una fiesta, quería ayudar a otras chicas del colegio”, contó en la segunda charla del Ciclo de Alumni. Su vocación de dar la llevó a involucrarse y no solo a mirar desde afuera las condiciones de pobreza en las cuales vive gran parte de la población argentina.

Tuvo una hija en quinto año del colegio, sola, y seguramente fue esa falta de contención de parte de su familia la que la llevó a volcarse hacia la ayuda social. “Con mi hija, pasábamos Navidad y Año Nuevo con personas que tenían muchos problemas y éramos felices. Recibíamos de ellas”, expresó.

Empezó “pateando la calle con un cura”. Después, el cura se alejó y ella quedó sola. “No podía abandonar a todas las personas que había conocido”, afirmó. Impulsó la construcción de una casa para una familia donde vivía una chica enferma, Noelia. “Por ella se creó Manos en Acción”, aseguró. “Empezamos a juntar plata en una caja de zapatos. Armamos un grupete (“las chicas del mangazo”) y nos metíamos en todas las empresas a manguear algo”.

Fifi fue Directora Nacional de Responsabilidad Social, a pedido de Carolina Stanley, hasta el año pasado. “Después de dos años y medio, Manos en Acción me necesitaba más”, afirmó.

“¿Qué es para un chico estar en la pobreza?”, le preguntaron los moderadores de la charla. Fifi contó que, a veces, ellos no se dan cuenta de la situación en la que viven. “Ves chicos sin medias, con zapatos agujereados; los abrazás y son huesitos. Te das cuenta de que lo que quieren es afecto y contención”.

“Cuando empezamos en estos barrios la violencia era terrible; ahora, es un respeto absoluto. Trabajamos mucho en valores”, resaltó.

El valor de la inteligencia emocional

“Liderazgo e Inteligencia emocional” fue el título de la última charla del primer panel del Ciclo, a cargo de María Eugenia Cossini, directora ejecutiva de Austin Eco Billingual School. La Alumni señaló que seguimos hablando de los “genios” intelectuales, a pesar de que hace mucho que el significado de “inteligencia” se amplió.

“No le damos la importancia que tiene a la inteligencia emocional. Vivimos en el mundo de la conexión, pero prima la desconexión emocional”, advirtió. Ser inteligente emocionalmente implica conocer nuestras emociones, poder distinguirlas, abrazarlas y gestionarlas, enumeró la experta. Además, incluye nuestra habilidad de conectarnos con el otro y, desde esa conexión empática, crear relaciones sanas.

¿Por qué es esto importante en el mundo empresarial? Investigaciones científicas hallaron que el éxito en la edad adulta depende el 80% de las habilidades emocionales y sociales, y solo 20% de la brillantez intelectual.

Tal como señaló María Eugenia, “en los equipos de trabajo pueden estar los más ‘genios’, pero los resultados tienen que ver con las habilidades de los líderes de los equipos para poder conectarse”.

La especialista agregó que “casi ninguna persona se va de un trabajo por el sueldo; la mayoría lo hace por su jefe, porque no se sienten cómodos en el entorno. Pero seguimos insistiendo en los resultados, los números... Debemos encontrar un espacio de conexión con nosotros mismos, primero, y después con el otro”.