Revista Alumni

Ciclo de actualidad: los líderes detrás de las empresas creativas

El evento organizado junto a la comisión de creatividad de Alumni apeló a la pasión y al ingenio puestos al servicio de la empresa y, también, de los demás
Publicado jueves 15 de agosto de 2019

Antes de que empezara el segundo panel del Ciclo, el fundador del IAE, José Luis Gómez López Egea, enfatizó al auditorio la necesidad de “ser creativos para investigar los problemas que tiene el país”. Invitó a los Alumni a participar de los distintos grupos del IAE recientemente creados, para no quedarse solo en el terreno de las ideas, sino actuar para ponerlas en marcha. Luego, cedió el lugar a los oradores del segundo panel, cuyo tema eran las “empresas creativas”.

“Yo, chatbot”

Matías Exposito, Principal Consultant Customer Experience de Oracle, brindó una charla sobre la innovación y el abrir la mente a los cambios que ya están entre nosotros.

El licenciado en psicología citó una frase de uno de los fundadores de Oracle: “Cuando innovas tienes que estar listo para que todos te digan que estás loco”. “Innovar implica riesgos, salir de la zona de confort y romper barreras”, señaló. Comentó acerca de Woebot, un chatbot desarrollado por psicólogos de la Universidad de Stanford para combatir la depresión. “Mucha gente no tiene acceso a ser atendido por un psicólogo o psiquiatra. Esta aplicación sirve para llegar a ellos, ayudarlos a identificar sus problemas y a cambiar sus pensamientos”, describió.

Esta genial idea puede trasladarse a otros horizontes y no por eso deberíamos creer que nos vamos a quedar sin trabajo: “Está cambiando el paradigma de atención al público para optimizar tiempos y personalizar el servicio. Yo creo que en algún momento el chatbot va a cambiar nuestro trabajo como psicólogos y esto va a permitir que nuestra cabeza trabaje en otras cosas”.

“El miedo y la ansiedad son precursores del cambio. Nos permiten llegar a un nuevo futuro. Cómo manejemos esas emociones es sobre lo que tenemos que trabajar”, alentó Matías.

Isadora y Todomoda: innovación permanente

Martín Castelli fue el segundo orador del panel. El presidente y cofundador de Blue Star Group, empresa dueña de las marcas Isadora y Todomoda, contó que la empresa nació en 1995, cuando él tenía 18 años. Al principio funcionó como una PyME familiar, pero los Castelli tenían clara su visión global. Hoy, Blue Star Group tiene 4.500 colaboradores y está presente en 5 países con 850 tiendas.

“Mi perfil es el menos creativo. No tengo nada de creatividad”, aseguró Martín, que en la empresa se encarga de la parte dura y técnica. Su hermana Mariana fue quien incorporó el concepto de colecciones de moda y las volcó al modelo de negocios. Otra de las hermanas, Cecilia, entró a la compañía hace 17 años, después de haber trabajado como veterinaria, y causó una revolución. “Tenía una cabeza creativa impresionante. A todo lo que agarraba le cambiaba el diseño y se vendía 10 o 20 veces más que el producto clásico”, contó Martín.

Actualmente, Blue Star Group emplea a 50 diseñadoras para las marcas Isadora y Todomoda. Según Martín, la clave detrás de las colecciones (además de los viajes de inspiración a Europa, cuna de las tendencias de moda) es conocer e impactar en “la fibra del consumidor”. “El desafío de conocer esa fibra es importante para las marcas”, señaló. “Todomoda es alegría, rebeldía sana, diversión, adolescencia. Isadora es el paso de la universidad al trabajo, te acompaña en ese camino”.

La innovación permanente es otra bandera de la compañía. “El 100% de los productos diseñados por nuestro equipo y las colecciones cambian constantemente. Todas las semanas hay algo nuevo en vidriera”, afirmó Martín.

 

Lorena Zicker, gerente regional de Amazon: “Rompí con el estereotipo”

Lorena no responde al clásico estereotipo de “gerente de una empresa de tecnología”. “No soy nada de lo que se espera cuando abren la puerta: no soy ingeniera, soy mujer y licenciada en publicidad”, señaló.

La ex CEO de Intel contó con mucho humor cómo fue que la vida la guió hacia la cúpula de empresas gigantes. Su pasión fue su brújula: si no era lo suficientemente feliz con lo que hacía, sabía que era momento de un cambio. “Un amigo me invitó a participar del área de marketing de una empresa de tecnología: MD. Empecé a crecer con la compañía y me enviaron a Miami. Un año después volví porque no era feliz. Fui a Brasil y le dije a mi jefe: ‘Se me acabó el amor’”, relató. “Le pongo tanta pasión a lo que hago, que, si no me divierto o no comulgo con el trabajo, no puedo seguir”.

A partir de esta y otras de sus anécdotas quedó claro cómo su crecimiento profesional estuvo ligado a animarse a correr riesgos y a meterse en terrenos totalmente desconocidos. Tuvo que aprender muchas cosas que no sabía, pero de eso se trata según Lorena, de ganar “diversidad interna”: qué tenés, qué no tenés, qué te falta, qué viviste. “En la carrera y en la vida, hay que animarse. Identificar nuestra propia diversidad y abrazar lo que nos falta. Si no funciona, será lo siguiente”.

“Yo no planeé mi carrera. La transité y la sigo transitando, siempre fiel a la pasión y haciendo cambios para tomar riesgos”, concluyó.

Rodolfo D'Onofrio: “Primero hay que tener proyectos, luego formar el equipo y por último elegir al dirigente”

Fue el broche de oro de un Ciclo enriquecedor. El Presidente del Club Atlético River Plate coronó el encuentro con una charla sobre su vida, su trabajo y el fútbol. Quien supo transformar a River empezó por definirse como “una persona común, de una familia de clase media de Ramos Mejía, que estudió en el estado toda su vida”.

Cuando nació, su padre lo asoció a River y su abuelo materno, a Ferrocarril Oeste. A los 12 años, decidió que quería cursar en el Nacional Buenos Aires, y tomaba un tren y un subte para llegar. Más adelante, se graduó como economista de la Facultad de Ciencias Económicas. Tuvo un estudio de economía y con los años se convirtió en experto en seguros.

“Un día, vi que River estaba muy mal manejado y entré en una lista como vocal. Cada vez me espantaba más. No podía creer que un club se administrara de esa manera”, contó. “Primero hay que armar un proyecto, luego un equipo y luego definir el Presidente. Esta es una consigna en mi vida que vale para la Argentina y para todo”.

En la primera elección a la que se presentó como candidato a Presidente perdió por cuatro votos, “por política”. Pasó el tiempo, se volvió a presentar y el resto es historia. “En River logramos optimizar la organización y la estructura. Alcanzamos los 11 objetivos que nos planteamos. La clave del equipo fue la cohesión y la libertad en el accionar, porque cada uno trabaja por el mismo objetivo. De ninguna manera tengo que demostrar que soy líder todos los días; solo se necesita coordinación o centralización. Cuando uno gestiona bien, de forma transparente y directa, la gente lo reconoce y lo acepta”, expresó D'Onofrio. “River es inmenso. Me paro en el Monumental y pienso ‘soy un accidente en esta historia’. Quien lidera debe tener modestia, humildad real. No creérsela”.

El Presidente del Club también se refirió a la crisis argentina: “Lo primero que hay que hacer es parar la pelota. Pensar, reflexionar, no enojarse porque no sirve, ni apresurarse a tomar decisiones. Replantear los objetivos, ser prospectivo y no retrospectivo”.

Admitió que “la Argentina que nos toca vivir es difícil” y remarcó la necesidad de involucrarse: "Para cambiar la realidad, hay que comprometerse y ponerse a trabajar. Estemos donde estemos, participemos donde participemos. Quejándonos desde afuera nunca vamos a lograrlo. Tenemos que poner vocación, renunciamiento, buscar el acuerdo, estar en un mismo camino. Desde el ‘anti’ no podemos construir una sociedad, un país o una empresa”.