Revista Alumni

Ciclos. La mujer en el sector de la construcción: “Es un camino difícil”

Publicado martes 22 de septiembre de 2020

Dos mujeres CEO de la industria de la construcción, Claudia Castillo y Guadalupe Luro, conversaron sobre las empresas donde se desarrollan y los grandes desafíos que enfrentan.

En la industria de la construcción, ellas tuvieron que construir su espacio. Arrancar unos escalones más abajo que sus colegas hombres, para probar su valor y sus capacidades, y ganarse el respeto.

Guadalupe Luro –PDEC 2014 y actual alumna del EMBA– es CEO de Luro Infraestructura y Secretaria de la Unión Industrial de Avellaneda. Junto a Claudia Castillo, colombiana y gerente general de Concesión Vial Alto Magdalena, conversaron sobre sus trabajos y desafíos en una industria predominantemente masculina.

Clickeá para ver el video completo con la entrevista

“Traemos una parte ‘humana’ al sector”

Guadalupe tiene 30 años y es CEO de una PyME familiar dedicada a la ejecución de obras hidráulicas y obras viales urbanas. En paralelo, está involucrada desde hace más de 11 años en la gremial empresaria. “Hombres de 50 o 60 años me miraban con cara de qué estás haciendo acá, te equivocaste de sala”, cuenta. Dice que tuvo que construirse a partir de la “minoría de las minorías”: “Era joven, era mujer, era PyME y mi padre, si bien había hecho camino en la construcción, nunca había caminado el territorio de las gremiales empresarias”.

Guadalupe Luro

Hoy, además de manejar la empresa constructora, promueve proyectos para fortalecer la posición de las PyMES en el entramado productivo de la Provincia de Buenos Aires y para fomentar la empresarialidad en las mujeres. “Todo el tiempo (las mujeres) tenemos que demostrar lo buenas que somos o que no cometemos errores, para llegar al mismo lugar donde llega un hombre”, comenta.

Está convencida de que las mujeres en puestos de liderazgo en espacios “masculinos” llegan hasta allí porque sienten realmente la vocación y están dispuestas a superar todas las barreras, con el objetivo de hacer un aporte valioso a sus empresas y a la sociedad. “Las mujeres pueden aportar un pensamiento distinto y contribuir a que las decisiones sean de mayor calidad”, indica.

Claudia Castillo, ingeniera civil especializada en gerencia de proyectos de autopistas en Colombia, coincide en que “hay que abrirse camino día a día, demostrando que tenemos iguales conocimientos y capacidades que los hombres”. Afortunadamente, señala que entre las nuevas generaciones existe más conciencia de la igualdad de género.

Opina que las mujeres “traemos una parte ‘humana’ al sector de la construcción”, al estar pendientes de las políticas que contemplan la vida familiar y el entorno de los trabajadores. “Esto genera un mayor compromiso por parte de los empleados, porque se sienten acompañados”, afirma.

Claudia Castillo

Además, tanto Claudia como Guadalupe buscan darles un propósito social a sus proyectos; que signifiquen mucho más que una nueva ruta en una localidad. Para esto, analizan el impacto en las comunidades. “Esto es algo que aprendí en el IAE. Siempre hablamos de negocios, pero con la búsqueda de propósito. Qué podemos hacer por los demás”, asegura Guadalupe.

Construir el diálogo

La CEO de Luro destaca que las mujeres suelen aportar otras “aristas” a la hora de negociar, algo que sin dudas es beneficioso al tratar con sindicatos vinculados con la construcción. “Tuve muy buenas experiencias de negociación. Lo importante es hablar, dialogar, entender hasta dónde puede uno ceder y hasta dónde no”, enfatiza.

Agrega que las nuevas generaciones en las cámaras empresariales y los sindicatos son más flexibles y predispuestas a buscar acuerdos: “Sabemos que en este país tenemos que salir adelante todos juntos”.

Claudia concuerda en la importancia de dejar de lado las visiones estrechas, para crear un “frente común”, escucharse y buscar puntos intermedios. “Si no funciona un proyecto o un país, todos nos vamos a ver perjudicados”, afirma.

Los desafíos de ser líderes inspiradoras

Para Claudia, ser líder en su empresa implica muchos desafíos: sacar adelante con éxito los proyectos y que todas las personas que participen de ellos sean beneficiadas. “Me levanto cada día esperando dejarles algo en su corazón, poder ayudar a cada una de esas personas de alguna manera”.

“Como empresaria PyME en épocas de Covid y en Argentina, mis mayores desafíos hoy son seguir pagando los sueldos y seguir generando oportunidades”, agrega Guadalupe. Otro objetivo por el cual trabaja incansablemente es la inclusión de las mujeres, porque “cuanto más diversas sean las voces, mejores y más representativas serán las decisiones”.

Asegura que el presente exige un esfuerzo extra para acortar la brecha de género; hoy, se calcula que hacen falta 100 años para cerrarla. “Medidas de discriminación positiva, como leyes de cupo u otras iniciativas políticas con perspectiva de género, podrían acortar ese lapso”, resalta.

Claudia coincide en que la brecha se cerrará más rápido con el apoyo de los gobiernos y de los sectores privados. Cuenta que en Colombia existe mucho compromiso por parte de las autoridades políticas y del empresariado, para buscar el equilibrio en ministerios y entidades.

“Yo no necesité la ley de cupo para llegar a un lugar, pero entendí que, si bien para mí fue fácil, para otras mujeres es difícil. En espacios dominados por hombres, muchas ni se asoman por incomodidad y quizás ahí están las oportunidades de financiamiento y de aprendizaje”, explica Guadalupe. “Cuando hoy defiendo el apoyo de estas leyes no es por mí. Es por todas las que vienen atrás. Cuando vean que en el directorio de su compañía hay una mujer, van a pensar: ‘Si ella pudo, yo también puedo’”.