Revista Alumni

«El éxito depende exclusivamente de uno»

Lucía Arocena cuenta como el EMBA le cambió su manera de pensar y la empujó a emprender sus propios proyectos
Publicado martes 27 de febrero de 2018

Lucía Arocena no cumple con las características promedio del perfil de estudiante del Executive MBA del IAE. Nacida y criada en Uruguay, en el currículum vitae de la emprendedora de 30 años figuran estudios cursados en bioquímica y nutrición. “Cuando fui a la reunión informativa del programa, había todos contadores e ingenieros. Pero después, cuando hice el EMBA, tenía compañeros de carreras muy diversas, lo que hace más interesante al programa porque cada profesional tiene una forma distinta de ver las cosas”, dice Lucía desde Montevideo, donde volvió para hacer un cambio en su carrera profesional y fundar Esencia by Lu, una página web que ofrece asesorías nutricionales, actividad física y viandas.

Lucía estudió primero tres años de bioquímica en la Universidad de la República y decidió cambiar de carrera. Entró entonces a la Universidad Católica de Uruguay, donde realizó la licenciatura en nutrición. Con 24 años ya tenía un título a cuestas y un intercambio académico en Italia, a donde fue a estudiar un semestre en la prestigiosa Universidad de Milán.

Su primera experiencia laboral ya recibida fue en la planta de Verus Biotech, el laboratorio que produce vitamínicos con Omega 3. Lucía trabajó en el sector de control de calidad del proceso y del producto terminado, que constaba del aceite extraído de los hígados de pescado de alta mar.

Luego de tres años decidió cambiar de rumbo y entró a trabajar en Delibest, una empresa encargada de alimentar a más de 120 empresas, escuelas, supermercados y hospitales en el Uruguay. Lucía estaba en la parte de alimentación escolar, donde planificaba los menús que se servían en las escuelas públicas que la empresa tenía bajo su licitación. En tres años, pasaron de alimentar 8 escuelas a 29. La cantidad de gente a cargo también comenzó a crecer y ahí fue cuando se dio cuenta que necesitaba incorporar nuevas herramientas de gestión para seguir escalando profesionalmente.

"Estaba gestionando bastantes comedores y tenía bastante personal a cargo. Pero quería seguir creciendo y quería ampliar mi rango de trabajo; quería más y no veía un campo laboral preparado para mí, salvo que tenga años y años de experiencia. Entonces el marido de una amiga que hizo el MBA del IAE me lo recomendó y me decidí a hacerlo. Quería hacer mejor mi trabajo y tener otras salidas laborales”, cuenta. En agosto de 2014 empezó a cursar la maestría en administración de negocios.

Lucía confiesa que el programa le cambió su estilo de vida. “Cuando finalicé el EMBA, volví a Uruguay y renuncié a mi trabajo. Fue una linda experiencia. Cambié mi vida y entendí que no necesito ser empleada de una empresa para sobrevivir”, comenta.

Así fue como decidió comenzar el blog Esencia by Lu, que sólo en Facebook tiene 8 mil seguidores que leen sus posteos sobre alimentación. “Empecé con un blog, creé la página y al poco tiempo empecé a tener consultas particulares”, dice. Además, se asoció y compró una tercera parte de una empresa que prepara viandas para personas particulares y ofrece un programa detox de dos semanas creado por ella para bajar de peso. Su sueño es seguir ganando renombre para poder luego patentar una metodología de dietas, como hizo Mónica Katz, la conocida médica y especialista en nutrición argentina.

“El EMBA me sirvió para todo. Me cambió la perspectiva de las cosas, me hizo darme cuente que por más que la economía ande mal, hay un millón de alternativas para hacer. El éxito depende exclusivamente de uno”, dice Lucía, que indica que sigue en contacto con sus compañeros del máster. “Generé vínculos que me ayudaron a crecer”, agrega.

“También seguís en contacto con la universidad y me llaman para cosas puntuales, para ayudar o ejercer en alguna unidad de negocio. Ahora hago algunas tareas que si no tuviera las herramientas del EMBA no sé si las podría hacer. El programa es para todas las carreras; al principio me daban miedo las matemáticas y las materias duras, pero se puede. Obviamente, que tenga sus momentos de desafío, lo hace más disfrutable al final”, concluye.