Revista Alumni

“Hacer el EMBA nos permite soñar en grande”

Juan Guillermo Quintar y Victoria Seru son un matrimonio de nuevos alumni que dejaron sus posiciones en relación de dependencia para desarrollar tres emprendimientos gastronómicos en Jujuy. Recientemente, debutaron como padres y se graduaron en el Executive MBA del IAE. En una entrevista con Revista Alumni, nos cuentan cómo vivieron la conjunción de trabajo, crianza y estudio y qué les aportó el EMBA para sus proyectos.
Publicado miércoles 27 de marzo

En 2022, los alumni EMBA 2022/2023 Juan Guillermo Quintar y Victoria Seru –Guille y Vicky, para sus allegados- dejaron sus posiciones en relación de dependencia para desarrollar tres emprendimientos gastronómicos: el restaurant internacional Donancio, el local de café de especialidad San Antonio y la pizzería Carlini, todos ubicados en la ciudad de Jujuy. En los últimos meses, además, debutaron como padres de Juanita y se graduaron en el Executive MBA del IAE.

“En principio, vine (al IAE) a buscar herramientas, pero fue mucho más que eso. Dentro de mi desarrollo profesional, pasé por distintos rubros y siempre fue desafiante. Mi formación de base es estructurada y me generaba algunas dificultades”, explica Guille, que es contador y tributarista y ahora, también magíster en Dirección de Empresas. “El EMBA me aportó el saber qué preguntar y dónde”, aporta Vicky, que es escribana, además de graduada del IAE. “Eso es una experiencia valiosísima, más allá de las herramientas técnicas. Conocer una comunidad gigantesca de personas que saben un montón es súper valioso”, agrega.

“Estudiar juntos siendo pareja fue interesante porque, además, somos socios y ya tenemos una dinámica de trabajo de todos los días. El desafío era abrirnos en un grupo, no quedarnos solo con que somos pareja y enriquecernos”, cuenta Vicky. Por su parte, Guille confesó: “Descubrí en Vicky a una persona con la cabeza muy abierta; ella viene de un mundo distinto -trabajó como Secretaria de un Juzgado antes de emprender- y logró aprovechar al máximo el EMBA”.

“Al terminar el EMBA, aparecieron ideas nuevas que nos van a permitir seguir creciendo con nuestros negocios. Hay ideas asociadas a crecer en el exterior, incluso. El EMBA permitió relacionarnos con inversores de otra manera”, comenta Guille. “Hacer el EMBA nos permite soñar en grande”, suma Vicky.

“Al principio, estudiábamos juntos, pero después, cada uno fue abriendo camino, armando nuevos grupos, conociendo nuevas personas a lo largo del trayecto. Tenía bastante miedo. Venía de la abogacía, del sector público. Me sorprendió gratamente. Aprendí de todo. Fue una gran decisión haberme animado. Ahora nos dividimos mucho mejor los roles, en los negocios y en casa. Tenemos una nueva dinámica. Organizamos reuniones, días, momentos”, describe Vicky.

Para finalizar, Vicky se refirió a su salto profesional hacia el emprendedorismo y a su nueva etapa personal: “Ahora, soy madre y antigua abogada y escribana. Dejar mi trabajo seguro para emprender fue una de las mejores decisiones que tomé: me permite ser dueña de mi propio tiempo. Todos los días tengo un desafío nuevo. Costó y fue un proceso de tres años, pero lo logré y soy muy feliz”.