Durante el IAE Summit 2025 se desarrolló el panel “La mirada empresaria sobre los desafíos de productividad”, integrado por Carolina Castro, de Industrias Guidi; Oliver Maltz, de Grupo Estisol y La Fábrica Podcast; y Esteban Wolf, de Chocorísimo, Persicco y Guapaletas, con la moderación del profesor de IAE Business School Juan Pablo Cosentino.
El punto de partida de la conversación fue que, más allá de las condiciones macroeconómicas, las empresas deben trabajar en la gestión interna en la búsqueda constante de eficiencia y productividad. En primer lugar, Carolina Castro, con amplia trayectoria en el sector industrial pero también en la gestión pública (fue subsecretaria PyME durante el gobierno de Mauricio Macri), planteó su preocupación por el rezago tecnológico de muchas empresas del país y la necesidad de impulsar una agenda de transformación puertas adentro, especialmente en las pymes.
“En un estudio del BID y el INTAL, se vio que solo un 6% de las empresas industriales estaban maduras para la industria 4.0. Muchas ni siquiera habían empezado ese camino”, destacó Castro. Se refirió así a los resultados del estudio “Travesía 4.0: Hacia la transformación industrial argentina” (2019), elaborado por el Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe (INTAL), una unidad del Departamento de Integración y Comercio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que muestran que la adopción de tecnologías asociadas a la Industria 4.0 en Argentina está en una etapa incipiente y presenta marcadas heterogeneidades dentro del sector industrial. El informe clasifica a las empresas en tres grupos:
- Los cóndores, que representan apenas el 6% de la muestra, están cerca de la frontera tecnológica, aunque aún no son plenamente 4.0.
- Los alpinistas, que abarcan el 45%, utilizan tecnologías intermedias y se muestran activos en su esfuerzo por cerrar brechas.
- Los trekkers, que conforman aproximadamente la mitad de las empresas, emplean tecnologías de primera y segunda generación y muestran escasa iniciativa frente al cambio tecnológico.
“El salto tecnológico no es optativo, es la condición para competir en el mundo”, enfatizó y agregó: “Argentina tiene potencial. Podemos crear tecnología en algunos sectores y también ser excelentes aplicadores de tecnología creada en otros países. Pero, para eso, hay que desarrollar capacidades dentro de las propias empresas”.
Desde su rol como emprendedor, Esteban Wolf reforzó la importancia de la eficiencia y la transparencia como pilares de la gestión. “Los emprendedores tenemos que dejar de esperar que las condiciones cambien, especialmente ahora que nuevamente muchos empresarios hablan de crisis, de que no venden, de que los costos están altísimos, de que la Argentina pasó a ser uno de los países más caros del mundo, de que no pueden exportar”, consideró. “En estos momentos, hay que alinear al equipo y decirles la verdad”, agregó, para que entiendan dónde está la empresa. A su juicio, la transparencia hace que el equipo sepa en qué situación se ubica la compañía, qué se va a hacer y salir del “no se puede”. “Para mí, esta es una crisis más de la Argentina, como la del 2001 y la del 2008”, dijo, cuando la gripe aviar afectó a la empresa de medicamentos que tenía Wolf entonces.
“Alinear al equipo es clave: mostrar dónde estamos parados y hacia dónde queremos ir, incluso en momentos de crisis”, aseguró. En esa línea, compartió cómo logró expandirse durante la recesión mediante fusiones estratégicas que le permitieron optimizar costos, sumar capacidades internas y profesionalizar la gestión. “Hay que olvidarse de la crisis de turno y hacer que las cosas pasen”, afirmó.
Luego fue el turno de Oliver Maltz, que es tercera generación industrial en el grupo Estisol, que fabrica telgopor –que se usa para la construcción (como aislante térmico) y el packaging industrial, de electrodomésticos y helados- y también vasos y contenedores de polipapel para cadenas de comidas rápidas.
“Estamos ante un cambio de paradigma total. Como empresarios industriales en Argentina estamos acostumbrados a que, cada dos años, tenemos que dar vuelta la página 180 grados e ir para otro lado”, expresó. “Hace dos años y medio, estábamos en un momento donde no importaba el precio, lo que importaba era encontrar el insumo para poder producir y mantener la fábrica funcionando”, narró. “Hoy estamos ante el paradigma de trabajar como sea la eficiencia de la fábrica”, consideró. En la parte comercial, enfatizó que hay que estar muy cerca del cliente. “Estamos en un momento en el cual tenemos que bajar costos porque los clientes nos llaman todos los días para pedirnos que bajemos los precios”, contó. En este sentido, compartió que grupo Estisol creó una Unidad de Baja de Costos, incluyendo a los gerentes de las principales áreas de la empresa (Operaciones, Planificación, Finanzas, RRHH, Sistemas, Compras y abastecimiento, Mantenimiento y Logística), que lleva adelante reuniones quincenales.
Por otra parte, Maltz coincidó con Castro en la cuestión tecnológica. “Por más que no sea un buen momento, porque no hay buenos créditos, las tasas están altas como para invertir, igualmente hay que invertir en tecnología”, dijo.
En otro orden, Castro fue consultada sobre los desafíos de competitividad. “A lo largo del espectro político, hay ciertos consensos respecto de la macro –como que el déficit fiscal no puede ser descontrolado- que a mí me dan optimismo de cara hacia adelante”, quiso aclarar en primer lugar. Luego, la dueña de Industrias Guidi señaló que “la competitividad tiene tres patas: la capacidad empresarial –que es fundamental y Argentina ya la tiene, dado que ha generado unicornios-; el talento -y ahí entra la política educativa, donde hay señales de alarma, y la escasez de perfiles técnicos-; y las capacidades estatales para que las empresas puedan competir”, dado que, sin una burocracia altamente calificada, es imposible un desarrollo.
Luego, Wolf aportó su visión: “Hay que gestionar bien y, en épocas de crisis, hay que gestionar mejor. Hay que bajar costos y salir a comprar compañías. Cuando hay tormentas y vientos huracanados, hay gente que se mete en refugios y cuevas y hay gente que sale y construye molinos de vientos y se hacen ricos”.
Los oradores reflexionaron también sobre el vínculo entre las empresas y la sociedad. Oliver Maltz compartió su experiencia con el proyecto Che, Alta Industria y el podcast La Fábrica, donde empresarios de distintos sectores cuentan sus historias y procesos productivos, buscando reconectar a la sociedad con el valor del trabajo industrial. “En Argentina, ser empresario tiene mala imagen. Detectamos que nunca habíamos comunicado bien lo que hacemos. Y cuando empezamos a mostrar cómo se produce una remera, un helado o una autoparte, la gente se sorprendió de la tecnología y el esfuerzo que hay detrás”, explicó.
La conversación finalizó con una pregunta disparadora: ¿cómo puede una escuela de negocios como el IAE contribuir al desarrollo empresarial y al fortalecimiento de la productividad? Los tres oradores coincidieron en que el IAE cumple un rol clave en la formación, profesionalización y acompañamiento de empresarios y emprendedores, desde quienes están al frente de pymes hasta quienes lideran grandes organizaciones.
Esteban Wolf, doblemente egresado del DPME y ex participante del programa Naves, subrayó el impacto de la metodología del caso, que “permite aprender de los errores de otros y evitar golpes innecesarios” y agregó: “Para mí, el IAE fue un puente al éxito”. También destacó el trabajo del Centro de Entrepreneurship del IAE, que a través del programa Naves, ha formado a más de 60.000 emprendedores. “Hay gente que llega con una idea escrita en una hoja y termina construyendo empresas y hasta se convierten en unicornios”, celebró.
El encuentro evidenció que los desafíos de productividad requieren una mirada integral que combine eficiencia operativa y visión estratégica. Con enfoques complementarios, los referentes empresariales coincidieron en la necesidad de fortalecer la gestión, apostar por la innovación y construir capacidades que trasciendan las coyunturas.
Fuente/Copyright: IAE Business School