Revista Alumni

Imaginando el futuro logístico 2030

Por Julio Sánchez Loppacher, profesor de IAE Business School.
Publicado jueves 15 de junio de 2017

Imaginarnos la logística dentro de 20 años es un ejercicio apasionante y por demás necesario. Sin embargo, no deja de ser una tarea que implica agudizar nuestro sentido de creatividad e imaginación, debido a que el ritmo de evolución en el desarrollo tecnológico y digital de nuestro tiempo es de una magnitud tal que escapa a nuestras mejores predicciones.

En ese sentido, el ritmo vertiginoso de cambio en el mundo de los negocios no escapa al ámbito de las operaciones de la empresa, y muy especialmente impacta en el área logística, no solo por ser el medio por el cual nos relacionamos con el mercado, sino sobre todo porque es unos de los factores claves que definen el nivel de calidad de servicio de una empresa.

Las actuales tendencias de incertidumbre, volatilidad y competitividad de mercados y entornos hacen del servicio logístico una demostración de flexibilidad, agilidad y adecuación a los requerimientos del cliente. Obviamente, todo en un marco de eficiencia tal que su costo justifique la propuesta de valor percibida por el mercado, con una tendencia cada vez mayor a la desintermediación.

De esta manera, las realidades de planificación de la operación, a través de loteo y previsibilidad en la disponibilidad de producto para compensar ineficiencias y limitaciones operativas, ya no tendrán lugar en el nuevo orden mundial de la logística. La frase planificación con previsibilidad se cambia por reacción eficiente, ya que no habrá lugar para hacer previsiones certeras de mercados, sino más bien cumplimiento eficiente.

“Las actuales tendencias de incertidumbre, volatilidad y competitividad de mercados y entornos hacen del servicio logístico una demostración de flexibilidad, agilidad y adecuación a los requerimientos del cliente”

Esto nos lleva a pensar en redes de almacenes no propietarias (integradas por depósitos de fábricas, CD de operadores logísticos y distribuidores y almacenes de clientes), con amplia versatilidad de uso en tipología de producto y flexibilidad en la utilización de las empresas, más como consolidadoras de mercadería en tránsito que como almacenadoras.

Sería una red flexible y versátil para su uso que maximiza la agilidad de disponibilidad de mercadería y la capacidad de utilización de bodegas. Un sistema en el que no habrá una división clara entre dadores de carga y prestadores del servicio logístico, ya que todos los actores pueden ser potenciales compradores y vendedores de capacidad de almacenamiento en función de la necesidad y capacidad del momento de sus instalaciones. Esto naturalmente permitirá una gran eficiencia de gestión no solo por utilización de capacidad de almacenamiento de la red, sino por el pago variable en su utilización.

Es un modelo muy parecido al concepto de redes de distribución de energía del futuro, en el que los usuarios (agentes claves del sistema) son simultáneamente consumidores (compran) y dadores (venden) de energía al sistema. Aquí lo que se compra y vende simultáneamente es el servicio de almacenamiento. Sería una especie de “crowdsourcing de almacenamiento logístico” con alcance local-regional.

Todo esto deberá ser complementado por un sistema de funcionamiento inteligente y autónomo para la operativa interna en almacenes, con autoelevadores robots y movimiento de mercadería a través de pistas magnéticas y guías láser, tecnología de estiba y picking totalmente automatizados a través de cintas transportadoras y elevadores de carga (tipo CD de Zara), y control de ejecución a través de comando inteligente de asignación flexible de la operación interna en depósitos, con comunicación wifi y en tiempo real.

Esto implicará también un desarrollo de tecnología de carga modular compacta y versátil que garantice agilidad de picking, y sistemas inteligentes automatizados de carga y descarga de camiones en bodega.

En forma sinérgica, el modelo de logística de transporte debería ir en la misma concepción. Un sistema que no debería ser utilizado exclusivamente por los dadores de carga, sino que debería ser un sistema autosustentable entre la demanda y la oferta de disponibilidad de carga del sistema (tanto de operadores logísticos como de camiones en manos de choferes independientes, y empresas proveedoras y clientes), que garantice maximización de carga del sistema, agilidad y flexibilidad del servicio.

Sería como la universalización de la aplicación online en la Argentina conocida como Humber, y que no es otra cosa que una traducción del modelo de negocio Uber, pero aplicado a la logística de carga.

Naturalmente que esto implicará un sistema de información en red para uso público de los actores claves del sistema, transparente y en tiempo real, cuya administración será centralizada y su utilización, universal. Cuanto más universal sea el uso de este sistema, más serán los ahorros y la efectividad en el servicio. Estas plataformas deberían ser compatibles con el funcionamiento de las redes sociales.

Esta red de Internet logística debería dar varios niveles de servicio a los usuarios. Por un lado, debería ser una plataforma efectiva para la compra y venta de capacidad tanto de transporte como de almacenamiento. Esto requeriría acceder a información en tiempo real del espacio disponible de almacenamiento del sistema y de camiones disponibles, segmentado de acuerdo con tipología y tamaño.

Por otro lado, en lo que hace a la mejora del modelo, el sistema debería permitir acceder a información estadística de los niveles de performance de gestión, en términos de: eficiencia logística (costo promedio por km), capacidad de ocupación de almacenamiento, nivel de agilidad del servicio (demora promedio de entrega por km), nivel de calidad del servicio (encuestas de clientes usuarios respecto de prestación, tipo modelo MercadoLibre), etcétera. Esta información debería estar desagregada a nivel de cada usuario prestador del servicio logístico, lo que permitiría evaluar y depurar el sistema.

Pero quizás una de las revoluciones más importantes se desarrollará en materia de tecnología de equipamiento de transporte de carga. En ese sentido, y de acuerdo con las tendencias que veíamos de requerimientos de agilidad y eficiencia de almacenamiento, la tendencia de la tecnología de transporte apuntaría a unidades de transporte más pequeñas y ágiles, con entregas más frecuentes y de menos tamaño (tipo Seven Eleven), en las que la eficiencia se dará no tanto por la economía de escala en el tamaño de la carga, sino más bien por la tecnología de consumo y el aprovechamiento del espacio de carga.

“El mundo logístico se orientará a la formación de redes de complementariedad operativas y de información, con operadores logísticos cada vez más eficientes, ágiles y flexibles, y con el desarrollo de sistemas inteligentes de seguimiento y trazabilidad de la performance de gestión”

De esta manera, la tecnología de camiones eléctricos (a la zaga de los vertiginosos avances que se están dando en la industria automotriz, liderados por Tesla) irá a la vanguardia de la aplicación en la industria de carga no solo por su mayor rendimiento de consumo y aprovechamiento de espacio motriz, sino por la irreversible tendencia en la concientización de la logística verde alineada con el concepto de sustentabilidad.

Respaldada por la tecnología del sistema logístico automatizado e inteligente desarrollado anteriormente, no debería demorar mucho la aplicación de la tecnología robótica de transporte de carga, una vez que se universalice y consolide la tecnología del auto sin conductor que desarrollaron Google y Tesla. Esto no solo eficientiza la operación, sino que, sobre todo, efectiviza la calidad del servicio en el cumplimiento y la precisión de la prestación.

La carrera de la tecnología de transporte iría acompañada por la última generación de tecnologías de seguimiento de gestión de flotas (a través de las tecnologías de ruteo de camiones satelitales y radiofrecuencia). Esto permitiría una trazabilidad del nivel de eficiencia y servicio del sistema en tiempo real, en términos de: consumo, ruteos, tiempos de respuesta, etcétera.

Lo expuesto anteriormente sobre la tendencia en la proyección del futuro logístico puede parecerse más a una película de ciencia ficción que a una realidad plausible de ejecución. Sin embargo, si miramos con detenimiento el ritmo vertiginoso de desarrollo de tecnologías en el mundo de los negocios de la actualidad, vemos que estas proyecciones no son ni tan lejanas ni tan futuristas.

En ese sentido, se puede resumir que el mundo logístico se orientará a la formación de redes de complementariedad operativas y de información, con operadores logísticos cada vez más eficientes, ágiles y flexibles, y con el desarrollo de sistemas inteligentes de seguimiento y trazabilidad de la performance de gestión. Todo esto permitirá la sustentabilidad competitiva del sector.