Revista Alumni

La estudiante francesa que aprendió español e hizo el MBA el mismo año

Sarah Raimond estudió en el IAE en 2013 y actualmente trabaja para Google en Londres
Publicado miércoles 8 de julio de 2020

Sarah Raimond estudió en el IAE en 2013 y actualmente trabaja para Google en Londres

Sarah Raimond es francesa, y la curiosidad por conocer Argentina, aprender el idioma, cursar un posgrado y tener un punto de vista distinto al europeo la trajo al IAE hace siete años, donde realizó el MBA.

Previamente había estudiado administración de empresas en Francia y había comenzado su carrera profesional vinculada al sector de las energías renovables. “Siempre quise tener una carrera que tuviera sentido, que pueda ayudar al mundo, y energía renovables me pareció algo muy interesante de cuando estudié en Francia”, cuenta por Whatsapp, desde Londres, donde vive ahora.

“Antes de ir a la Argentina me gustaba mucho mi carrera, trabajé en dos empresas diferentes vinculadas al sector energético. En ambas me dieron mucha confianza. Los colegas tenían 40 años y yo tenía 25, y hacíamos las mismas tareas. Tenía mucha autonomía y creían en mí, me gustaba mucho. Pero después de seis años, empecé a pensar qué quería hacer después. No veía muchos cambios ni desafíos nuevas, y me gusta aprender nuevas cosas. Por eso decidí tomarme un break y hacer un MBA en el IAE”, explica, acerca de su decisión de cruzar el Atlántico.

“Elegí el IAE porque siempre quise vivir en América Latina y pensé que si no hablaba español, nunca iba a encontrar un trabajo allá. Estudiar era una muy buena forma de sacar un diploma y de aprender el idioma, además de tener una red de contactos bastante grande en el continente. El IAE, además, tiene reconocimiento internacional y no vi muchas escuelas que tuvieran ese nivel en América Latina”, señala.

“La Argentina me gustaba y el país me sonaba como un sueño. Desde Europa me parecía muy interesante la experiencia y la oportunidad”, agrega, y señala que la cultura argentina le gustó mucho: “Era como un niño en un negocio de juguetes, tenía los ojos grandes y abiertos, y miraba todo para tratar de entender y ponerme en los zapatos de los demás. Tuve un aprendizaje muy grande el año que pasé en la Argentina. Aprender a ver cómo la gente ve las cosas y se comporta. Eso me gustó mucho”.

Sarah llegó al país sin hablar una palabra de español. “Aprender el idioma fue un poco difícil, pero como soy francesa y tenemos una misma raíz latina, no fue tan difícil para mí, como para mis colegas de Noruega o China. Sí fue difícil el primer mes, tenía un dolor de cabeza terrible, con todas los trabajos que había que leer y las clases que organizó el IAE antes de empezar. Pero al final, estoy muy feliz y orgullosa de haber hecho un MBA y hablar podido aprender español a fin de año”, comenta.

“Al inicio tenía pensado quedarme en la Argentina, pero la situación económica se complicó mucho. No tenía claro lo que podía hacer allá. Entonces hice un intercambio y me fui a Austin a estudiar durante tres meses más. Ahí conocí a quién iba a ser mi futuro jefe, ya que me seleccionó para trabajar en una empresa en Londres. No es que quería regresar a Europa, pero así se dio la oportunidad”, dice Sarah.

Una nueva etapa en Google

Sarah comenzó a trabajar en Nest, una empresa que produce artículos inteligentes para el hogar, e incluye termostátos, que está relacionados con ahorrar energía. “Nunca pensé que iba a trabajar para Google. Me junté con la startup Nest, porque está vinculada a la energía, que me interesaba. Y después esta startup la compró Google, y así me encontré trabajando con ellos. Nunca apliqué. Ahora tengo un trabajo diferente, me mudé al equipo de data center, que siguen igual muy metidos con el tema de la energía y analizan cómo hacer que los data center sean más sostenibles”, cuenta.

Además fue madre por primera vez el pasado 15 de marzo, y desde entonces está en licencia por maternidad. “En agosto regreso al trabajo, por ahora, todo mi equipo está trabajando desde la casa y dejamos de viajar, que lo hacíamos mucho para visitar los data centers en Europa”, indica.

“Mi hijo nació el día antes de establecer el lockdown en Inglaterra. Es muy tranquilo. Tiene 10 semanas y todavía no conoce a nadie. Por suerte, ahora llega su pasaporte y vamos a poder visitar a la familia en Francia”, dice.

Sarah regresó al IAE en 2018, cuando se cumplieron los cinco años de egresados. “Organizamos un par de clases allá, vimos a los profesores y estuvimos en las mismas aulas. Estuvo muy bueno”, concluye.