Revista Alumni

La experiencia de un alemán que cursó el MBA en el IAE

Vitali Nazarenko quería cursar su posgrado en un país de Sudamérica y eligió el IAE por ser una escuela de negocios bilingüe; "el programa fue estupendo", dice y destaca que había grupos con distintos perfiles
Publicado jueves 18 de noviembre de 2021

Vitali Nazarenko creció en Alemania y luego de trabajar varios años en el sector de retail decidió hacer su MBA. En su entorno generalmente los másteres se hacían en Estados Unidos o Inglaterra, pero Vitali quería tener una experiencia distinta y cursar su posgrado en un país de Sudamérica.

“¿Cuánta gente había que hacía su MBA en la Argentina o en otro país de América Latina? Nadie que yo conociera. Así fue como me puse a buscar una escuela de negocios bilingüe en la Argentina y apliqué al IAE. Tenía 28 años cuando empecé a preparar el viaje y a estudiar castellano, que no sabía nada”, cuenta el Alumni desde Moscú, donde reside desde 2014, un año después de su experiencia en el país.

Vitali tenía algunos pocos contactos en Argentina. Por su trabajo en una importadora de carnes tenía relación con La Anónima, la empresa conocida por sus supermercados en el país, pero que también tiene frigoríficos y exporta carne.
“En Hamburgo trabajaba en una importadora de carnes, en la parte de importación de carnes y congelados. Trabajaba muy cerca de La Anónima, así que conocía algunos aspectos de la Argentina. Me interesaba mucho lo que leía. Económicamente es un país en desarrollo y quería ver algo que no es normal para alguien en mi situación. Además de visitar un país donde nunca estuve antes”, cuenta Vitali.

En su formación inicial estudió Economía y Ciencias Informáticas, en Alemania, y a los 17 años hizo un intercambio en Estados Unidos, en North Carolina. En 2013, finalmente, llegó al país y se alojó en la casa de los padres de la chef Soledad Nardelli. “Quería vivir con una familia argentina y ellos me recibieron. Les alquilaba una habitación en su casa de Don Torcuato. Conocí gente muy interesante, es una familia muy especial”, dice.

Con relación al MBA, Vitali dice que el programa le pareció “estupendo”. “Fue muy interesante estar en grupos, con distintos backgrounds. Había gente joven cuyos padres pagaban el máster y no conocían el mundo verdadero de los negocios y otros que trabajan hace cinco años y pagaban el programa con su plata. Era un mix muy interesante. La mayoría de las notas la recibíamos en conjunto, había que trabajar en grupo y comprometerse con el resto”, explica.

“Además, se nos asignaban dos mentores, uno de la universidad y otro de la economía real; eran los número dos o tres de las grandes empresas. En Estados Unidos no conozco un programa donde tenés acceso a ese nivel de profesionales. Por ejemplo, a mí me tocó Matías Heinrich, quien era el VP Operations LatAm de Level 3 Communications, y me hizo participar de una reunión de lo más alto nivel para ver cómo se tomaban decisiones. Fue una experiencia muy interesante. Todavía seguimos en contacto”, agrega.

También destaca que había mucha diversidad cultural entre sus compañeros, con alumnos que procedían de Perú, El Salvador, Chile y México. Eso le facilitó viajar a conocer otras ciudades, como Lima o Santiago de Chile.


Su vida actual en Rusia
Su experiencia en la Argentina sabía que iba a ser de un año. Así había acordado con su novia que lo esperaba en Europa. Regresó directamente a Rusia, se casó y tuvo tres hijos. También volvió por un tiempo a su empleo en Metro, pero como su mujer también trabajaba ahí, decidieron que lo mejor era que él cambiaria de trabajo y aplicó a la empresa de juegos Nintendo.

Pero solo estuvo seis meses en la compañía japonesa, debido a que no le gustó la manera de trabajar del CEO. Luego fue contratado como manager de ventas para Europa de la empresa Funko, conocida por crear las pequeñas figuras pop con cabeza grande. Allí estuvo más de dos años hasta que ingresó como responsable de Ventas en Jada Toys para todo el mundo, excepto el mercado norteamericano. Se trata de una compañía que también es parte de la cultura pop y venden figuras metálicas; por ejemplo, fabricaron los coches metálicos que replican los de la película Rápido y Furioso.

Vitali está desde 2018 en esta empresa, donde se destaca además por hablar seis idiomas: alemán, español, italiano, ruso, francés e inglés. “Es un hobby para mí, leo mucho en varios idiomas y los practico seguido. Es como un pasatiempo, cuando no tengo nada que hacer, hago dos horas de ejercicios en Duolingo [la aplicación para aprender idiomas]. Me gusta un montón, conocer proverbios en varios idiomas y cómo se puede decir una frase de distintas maneras”, indica.

Si bien dejó el país hace más de siete años, todavía sigue muy de cerca lo que ocurre en el país. “Leo los diarios seguido y me mantengo informado. Creo que los argentinos son muy buenos, muy inteligentes, y siempre tengo dificultades para entender como económicamente la situación sigue tan mal”, concluye con una reflexión.