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La Nación

Generación invisible. El desafío de reinventarse laboralmente después de los 45 años

Los efectos de la pandemia sobre la economía y la revolución tecnológica generan una doble alteración del empleo
Publicado miércoles 2 de febrero de 2022

Reinserción: Mercado en transformación

Yanina Mazzia

El Covid y las consecuencias de las cuarentenas dejaron fuera del mercado laboral a gran parte de los trabajadores mayores de 40 años menos calificados y aún cuando vuelva a crecer el empleo, la mayoría de esas personas no podrán reincorporarse a la actividad a menos que se recalifiquen. Esa desigualdad se agravó por dos factores. El primero fue la automatización. Sin duda, la revolución tecnológica viene modificando las formas de trabajo desde hace tiempo y el proceso se aceleró en 2020. La otra variable fue la recesión pandémica.

“Se trata de un fenómeno de la Argentina y del mundo. Aunque a nivel local se le suman características propias que agravan aún más la cuestión, como las dificultades educativas”, enfatizó Rubén Figueiredo, profesor titular en el Área de Comportamiento Humano en la organización de la Escuela de Negocios (IAE) de la Universidad Austral (UA) Según un estudio de la Cepal y la OIT, la recuperación y creación de empleo en 2021 fue parcial e incluso más lenta que la reactivación de la economía mundial. Si bien América Latina y el Caribe cerrarían el período con un crecimiento económico de casi 6%, este incremento no será suficiente para recuperar el nivel de producción ni de empleo del 2019.

“La pandemia afectó de manera directa al trabajo. Mucho más en una sociedad como la nuestra con una desocupación importante y donde el 50% de ella vive bajo la línea de pobreza. Así, se agravaron indicadores que ya venían por debajo de los estándares normales. Mostró a todos desigualdades preexistente en el empleo, la educación y la salud”, afirmó Betina Velaz, presidenta y directora general de la Asociación Civil Fuerza Mujeres.

Los efectos de la actual crisis económica internacional y de la revolución tecnológica generan una doble alteración del trabajo. Según el Foro Económico Internacional (WEF, por sus siglas en inglés), en los próximos cinco años desaparecerán 85 millones de puestos. Este será el resultado de una automatización más veloz a la proyectada.

En su informe “El futuro del empleo después del Covid”, el McKinsey Global Institute (MGL) considera que deberá recalificarse más del 50% de los trabajadores de los segmentos de más bajos ingresos.
Solo así podrían continuar dentro del mercado.

“Esa tarea no será fácil en la Argentina. Muchos de ellos no terminaron sus estudios. Es complicado recapacitar a un grupo grande de personas para nuevos puestos”, señaló Figueiredo. Una investigación del Banco Mundial y el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec) estimó que la deserción escolar se ubicará en rangos de hace diez años.

Antes del Covid, proyectaban un descenso en este índice a 18 cada 100 chicos. Sin embargo, ya se calcula que continuará en 22 por ciento. De esta manera, se seguiría engrosando el segmento de mano de obra no calificada.

Al mismo tiempo, el mercado laboral local es volátil e inestable. Cuenta también con un alto porcentaje de trabajadores informales. En marzo del 2020, este presentaba un alto nivel de desocupación y fuerte deterioro de la calidad laboral. Asimismo, el Indec informó una contracción en la tasa de actividad.
Para todos los aglomerados, se ubicó en 39% entre la población económicamente activa y la total. Este comportamiento se explica por varios motivos.

En primer lugar, está el incremento de la desocupación. Un número importante de individuos dejaron de buscar empleo ante las restricciones de circulación. Sucedió lo mismo con quienes estaban desempleados antes de marzo de 2020. De ese modo, todos ellos se incorporaron a la población inactiva.

Y pasar a la inactividad dificulta la reinserción en el mercado. La situación se agrava más cuanto más se prolonga en el tiempo. Por otra parte existen, en el país, más de 600.000 mayores de 45 años desocupados. Muchos de ellos poseen títulos secundario y universitario. Están acostumbrados a la cultura del trabajo. Pero hoy son parte del sector de inactivos.

“Según el Indec, a junio pasado, la franja etaria del personal temporario fue entre 18 a 21 años del 12%, de 21 a 25 del 32%, de 31 a 45 años del 27% y mayores de 45 del 3%. Esto demuestra que al acercarse a los 40 años las posibilidades de empleo son cada vez más escasas”, subrayó Oscar Silverio, gerente Corporativo de Relaciones Públicas en PAE Global.

En la Argentina, llegar a la mitad de la vida puede significar ser expulsados del mercado de trabajo por considerarlo viejos. “Los llamamos la generación invisible. Es una población discriminada y sin el respaldo de ninguna política pública”, señaló Ana Carolina Corbelle, directora ejecutiva de la Asociación Civil Diagonal.

En contrapartida, la expectativa de vida al nacer viene en alza. “La esperanza de vida se alarga. Entonces, personas de 50 y 60 años están en su mejor momento productivo en todas sus dimensiones. Pero se debe entender, además y sobre todo, que el talento no tiene edad”, acotó la directiva de Diagonal.

El desempleo, además, provoca consecuencias psicológicas en cualquier individuo. Debilita la motivación y las habilidades en la búsqueda laboral. Esto se ahonda en los casos de vulnerabilidad económica y edades avanzadas.

“Esa es una dura realidad que termina desmotivándolos. Sin embargo, el Covid les abrió una oportunidad todavía no explotada. El home office es una alternativa para insertar a los mayores de 45 años. En general, su situación familiar es más controlada con hijos grandes o sin ellos a diferencia de alguien de 30 años”, sostuvo el ejecutivo de PAE global.

Por su parte, y aunque representen solo el 39% del empleo global, las mujeres son el 54% de quienes perdieron el empleo por la pandemia. Para MGL este desequilibrio puede desembocar en una pérdida un billón de dólares al crecimiento global en la próxima década.

Retiro problemático

Para muchos gobiernos, la jubilación es la solución a todas estas cuestiones. “Jubilarse sin un plan no es aconsejable. No tener nada que hacer puede derivar en una depresión entre otros cuestiones ya que la persona se queda sin un propósito”, advirtió Figueiredo.

La presidente de Fuerza Mujeres recordó una cuestión no resuelta propia de la etapa pasiva. “Por el momento, nuestro país no asegura un estándar de vida adecuado con una jubilación. En general, ella no asegura vivir de manera digna”, añadió.

Ante este panorama, emprender sería la única salida para. Sin embargo, no todos cuentan con las actitudes para ser un emprendedor. Llevar adelante este tipo de proyectos requiere el valor y el conocimiento para correr riesgos, desarrollar habilidades especiales y hasta contar con capacidad financiera.

Pero, como dice el refrán, la necesidad tiene cara de hereje. “Es común que la mayoría de las mujeres emprenden por necesidad más que porque se les presente la oportunidad”, reconoció Velaz.
Por todo esto, para unos cuantos el único camino que quedaría sería la informalidad o la recalificación.
Para lograrlo se debería desarrollar nuevas habilidades.

El primer paso sería insertarse en la tecnología. Al menos se debe conocer y saber manejar herramientas o apps básicas.

Hora de cambiar

Un grave error es buscar un empleo similar o igual al que se perdió. Según los expertos, se debe mirar todas las ofertas y posibilidades. Incluso, bajando las expectativas y apuntando a distintos rubros. Es también primordial superar las propias barreras psicológicas.
“Algunas personas llegaron a nuestra fundación con uno o dos años buscando trabajo. Ni siquiera tuvieron una entrevista laboral en ese período. Muchas veces, la parte emocional se interpone en su búsqueda.

Sienten que no sirven para nada”, recordó Corbelle. Los analistas consideran que para reinsertarse en el mercado laboral se deben desarrollar cualidades como la flexibilidad, la iniciativa y la capacitación constante.

La Nación. Sup. Comunidad de Negocios. Pag. 11.

 

Fuente/Copyright: La Nación. Sup. Comunidad de Negocios. Pag. 11.