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Los precios mayoristas aumentaron un 8,2% en agosto, por encima de la inflación general

El INDEC informó el Indice de Precios al por Mayor, que superó al 7% del IPC que se dio a conocer ayer. El costo de la construcción subió 7,2% el mes pasado
Publicado jueves 15 de septiembre de 2022

El nivel general del Índice de precios internos al por mayor (IPIM) registró un aumento de 8,2% en agosto de 2022 respecto del mes anterior. Esta variación es consecuencia de la suba de 8,1% en los Productos nacionales y de 9,1% en los Productos importados.

El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) informó que los precios mayoristas se aceleraron en agosto, desde el 7,1% previo. Así, en el lapso de los últimos doce meses acumularon un incremento del 73,9%, mientras que en 2022 mostraron un salto del 56,2 por ciento.

De esta manera, el INDEC concluyó con la difusión de los índices de precios que comenzó ayer con el segmento minorista, que en agosto marcó un alza del 7 %, para sumar 56,4 % en los primeros ocho meses y del 78,5 % en la medición interanual.

La suba del 8,2% de los Precios Mayoristas durante agosto estuvo impulsada por un alza del 9,5% en los Productos Primarios, del 7,9% en los Manufacturados, de 9,1% en los Importados, junto al 0,3% en la Energía.

En los últimos doce meses el alza fue del 73,9 % para los precios mayoristas y del 66,7 % en lo que respecta al costo de la construcción

En los Primarios se destacaron las subas del 10,2% en los productos Agropecuarios, del 15,9% en los Pesqueros, del 6,4% en Minerales no metálicos, y del 8,2% en Petróleo Crudo y Gas.

En tanto, el nivel general del Índice del costo de la construcción (ICC) en el Gran Buenos Aires correspondiente a agosto de 2022 registró una suba de 7,2% respecto al mes anterior. Este resultado surge como consecuencia de un alza de 8,9% en el capítulo Materiales, de 5,7% en el capítulo Mano de obra y de 5,3% en el capítulo Gastos generales.

De esta manera, en los primeros ocho meses de 2022, registró un ascenso de 49,5%, en tanto que en un año evidenció una suba del 66,7 por ciento.

“Si bien la dinámica de precios en un contexto de desequilibrio macroeconómico y distorsiones de precios está influenciada por diversos factores, actualmente las expectativas y los mecanismos de inercia son factores determinantes. Por lo tanto, la gestión económica debería disponer de medidas sobre esos factores. En ese sentido, la necesidad de un programa monetaria y fiscal de sesgo contractivo junto con instrumentos heterodoxos vinculados con la política de ingreso focalizado a determinados sectores sociales, deberían estar contenidos en un programa de estabilización”, explicó Martín Calveira, economista investigador del IAE Business School de la Universidad Austral.

“En este contexto una agenda de medidas de shock puede ser adecuada pero no suficiente. Se deben evitar las reformas estabilizadoras que restrinjan el espacio de gestión futuro. La experiencia de la década de 1990 fue un caso en ese sentido. Es esperable que se eviten programas estilo de shock con medidas aisladas y atemporales. Un programa con instrumentos diversos, ya sea fiscal, monetario, de ingresos y asistencia a la producción, serán adecuadas en una convivencia continúa y no discreta a la espera de resultados”, evaluó Calveira.

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