Revista Alumni

CICLO DE ACTUALIDAD: LA MUJER EN LA EMPRESA FAMILIAR

El primer panel del ciclo de noviembre debatió sobre los desafíos que todavía hay en cuestiones de género en las empresas
Publicado lunes 26 de noviembre de 2018

El creciente rol de la mujer en puestos de toma de decisión de las empresas fue el eje de un nuevo Ciclo de Actualidad, titulado “La mujer en la empresa familiar: Diversidad, roles y dimensiones de involucramiento”.

“Hay un creciente mensaje de igualdad en la agenda pública –comenzó la disertación el profesor del IAE Pedro Vázquez–, pero persisten las divisiones tradicionales del trabajo: lo mayormente doméstico está asignado a la mujer”.

De esta manera justificó por qué todavía es necesario profundizar los temas de agenda sobre el rol de la mujer. “Hay menor participación femenina en lugares de toma de decisiones de las organizaciones”, señaló.

Siguió con una referencia a un estudio realizado en las compañías más grandes de América Latina: “Las empresas con control familiar facilitan más rápidamente la llegada de las mujeres a los lugares de toma de decisiones. El nepotismo, en este esquema, juega a favor y logra que las mujeres lleguen a puestos difíciles”.

“Contar con mujeres en roles estratégicos y de liderazgo es bueno para el negocio. A medida que progresa la sucesión a las nuevas generaciones se ve un avance de las mujeres de la familia empresaria hacia roles de accionista activa, directora y CEO o miembro del equipo dirigencial”, agregó.

Luego, indicó al menos dos ventajas que tienen las mujeres en las empresas familiares:

“La sucesión de padre a hija es muchísimo menos conflictiva que la de padre a hijo”, señaló, en base a estudios de muchos casos. Y concluyó: “Son más efectivas a la hora de manejar tensiones entre las metas de negocio y las metas socioemocionales de la familia empresaria”.

El profesor Guillermo Perkins, especialista en empresas familiares, tomó luego el micrófono y disparó: “Hace 38 años estoy en esto y en este tiempo hubo una necesidad de cambiar conductas para que cada vez haya más mujeres involucradas en las empresas”.

“Si bien todavía hay mayoría de empresas creadas por hombres, ha ido creciendo la cantidad de emprendimientos que nacen de la mujer”, agregó.

Y definió “empresa familiar”, como un desarrollo paralelo en el tiempo de dos instituciones: por un lado la empresa y por otro, la familia. “Es un conjunto de personas que caminan la vida juntos en busca de un objetivo común. Cuando esa organización humana es una empresa, el objetivo puede ser crear riqueza; cuando la organización es familia, el objetivo es crear felicidad. La vida de una irrumpe en la vida de la otra, para bien o para mal”, explicó.

“Cuando hablo con los fundadores hombres de 70 años, todos tienen un profundo agradecimiento a su esposa por los logros en la vida familiar –dijo–. En cambio, el impacto en la familia de tener una madre empresaria es completamente otro. La mujer es muy buena con el multitask: tiene la capacidad de tener un reloj mental en la cabeza para saber lo que está pasando en otro lugar”.

Y destacó: “El rol de mamá y fundadora concentra en la persona muchas tareas importantes. Por lo tanto, la mujer tiene una tremenda claridad del costo de oportunidad del éxito; ejemplo: la reunión del colegio a la que no puede ir”.

Las virtudes y los desafíos de las mujeres

La profesora María Piedad López Vergara, de la escuela hermana colombiana INALDE Business School, señaló el avance de las mujeres en sectores donde antes eran de predominancia masculina: construcción, automotriz y manufactura.

“El entorno cambia, como el poder adquisitivo y el mercado. Si ellas tienen más dinero para comprar que ellos, no podemos obviar esas realidades: si las mayores clientes son ellas, tenemos que tener más mujeres en las empresas”, comenzó su presentación la especialista en el rol de las mujeres en ambientes laborales.

“Cada vez hay más mujeres haciendo emprendiemintos, o porque no les gustaba trabajar en la empresa familiar, o siempre quiso tener su propio negocio, o no encontró otro trabajo en alguna multinacional de sus sueños, o se divorció de su marido. Hay distintas razones, pero hay cada vez más mujeres que quieren emprender y lo están haciendo”, agregó.

Luego dijo que a medida que las mujeres tienen más visibilidad también deben tener más formación: “Si nosotras vamos a ser visibles, necesitamos la formación necesaria para tomar decisiones. En caso contrario, vamos a dañar la imagen de la empresa familiar. Si queremos participar, hay que formarnos”.

Asimismo destacó cómo se complementan la mujer y el hombre: “Somos diferentes en temas emocionales, pero la diferencia si se consensua, se puede complementar, y eso le genera un valor agregado a la empresa. Hay que trabajar en equipo y para eso se requiere mucha conciencia de la habilidad que tiene el otro”.

Y enumeró el aporte del liderazgo femenino a la empresa familiar:

  • “El liderazgo de las mujeres suele ser un poco más empático.”
  • “Preservan las relaciones familiares. Hay 40% menos de deserción familiar, porque suelen averiguar qué pasó.”
  • “Tienden a tratar de solucionar el conflicto, pero también a evitarlo. Nos gusta el conflicto o la discusión y mantienen un falsa calma para preservar la unidad familiar. Ojo con eso.”
  • “Preparación de la sucesión: cuando las mujeres lideran la empresa, el proceso de sucesión se da un poquito menos traumático y más rápido.”
  • “Composición equilibrada de los órganos de gobierno: cuando hay mujeres en la junta directiva, el número de miembros femeninos y masculinos es más equilibrado.”
  • “Conserva la unidad familiar: confían más en el trabajo de un tercero que un hombre, por todo el tema de la empatía.”

Además, señaló que cuando hay más propietarios hombres en una empresa, la probabilidad de que una mujer sea CEO es un 7%. El porcentaje asciende al 52% cuando la mayoría de los propietarios es mujer.

“Si hay mayor diversidad en la composición de juntas directivas, las decisiones son más enriquecedoras, aunque sean más lentas”, destacó.

Finalmente indicó tres retos que tienen las mujeres: “Quiero ser mamá pero también quiero ser ejecutiva: cómo hago la maestría si tengo cuatro hijos”, comenzó. Siguió: “Las mujeres en la sombra, las que no tienen ni voz ni voto”. “Las dinámicas interpersonales: la hija que trabaja en la empresa familiar no solo se enfrenta al padre y al hermano sino a los demás colaboradores: hay expectativa de terceros”, concluyó.