Revista Alumni

El Decálogo de la Innovación

Los autores presentan una hoja de ruta para llevar la innovación a la realidad.
Publicado jueves 3 de agosto de 2017

Para el empresario argentino, innovar y el siglo XXI que vivimos hacen un combo fatal e inexorable. Si no se toma el desafío y se arranca hoy mismo con un proceso formal de innovación en producto, servicio o en el modelo de negocio el futuro de las empresas pende literalmente de un hilo.

Esto no es posicionarse en agorero del desastre ni vocero del apocalipsis. Es simplemente una lectura racional y sensata de los cambios que estamos viviendo, el mundo que estamos atravesando es un mundo denominado VUCA (volátil, incierto, complejo y ambiguo) como consecuencia de la aparición y convergencia de nuevas tecnologías como el IOT (Internet of Things), la impresión 3D, la robótica, los drones, la digitalización, la realidad virtual, la inteligencia artificial, que están cambiando en forma exponencial la forma de hacer negocios y comunicarse con los clientes.

En nuestro constante trabajo con organizaciones grandes y pequeñas para impulsar y acompañar procesos de cambio e innovación vemos la importancia esencial que tiene para el número 1, el que va a tomar el timón del nuevo rumbo, el facilitarle una hoja de ruta clara y concisa para poder avanzar.

Lo llamamos el Decálogo de la Innovación para transformarse en una empresa de alta innovación (AI) y cada paso va construyendo y consolidando una nueva cultura fresca y dinámica en la empresa.

1. Convencimiento

Todo proceso de cambio cambia primero por uno mismo. Yo soy el que tiene que estar plenamente convencido del concepto: Innovar o morir. A tal fin pensar como ayuda que se considera que el siglo XXI en términos de cambio e innovación va a equivaler a 20.000 años del siglo XX. Todo cambiará a velocidad exponencial y no lineal.

2. Dirección

Todo proceso de cambio también se facilita si se fija un rumbo inicial. Lo llamamos el GPS de la innovación. Y para esto recomendamos usar la brújula o radar de la innovación. Que es esto?. Es primero definir que innovación es cambiar lo que estamos haciendo y plantearnos hacer algo distinto. Tenemos que definir ejes del negocio o dimensiones donde es posible cambiar. A modo de ejemplo: procesos internos, tipo de producto o servicio que brindamos, experiencia del cliente, marca, cadena de abastecimiento, comercialización, comunicación con los clientes, etc.

Una vez definido el eje o los ejes donde plantear innovaciones hay que fijar 3 tipos de alcance o magnitud: si el cambio propuesto en ese eje de innovación será radical o disruptivo, plataforma o intermedio o incremental.

Nuestro consejo: Es tener claro si queremos ser líderes o seguidores ágiles, dado que al tener clara esta definición estratégica, luego pasaremos distribuir el presupuesto de los proyectos de innovación en cada uno de los sectores antes propuestos, tener proyectos de innovación de cada tipo para lograr lo que se llama un portfolio o canasta balanceada de innovación.

Obviamente a más radical o disruptivo con el status quo actual más riesgo pero también más probabilidades de diferenciación; a más incremental lo inverso.

Es importante que exista un líder de la innovación en la empresa, con el mayor nivel posible en la escala jerárquica para que canalice, fomente y se responsabilice por el accionar conjunto de las iniciativas de innovación y de los equipos de innovación

3. Armado de equipos por cada proyecto

A cada eje/proyecto definido de innovación en el punto 2 asignarle un equipo de gente de la empresa. Dos condiciones : que tenga diversidad en perfiles edades, sexo, especialidades y la más importante que no prime en estos equipos el concepto de jerarquías o jefaturas internas. Recordar que estamos innovando y la cultura innovadora requiere democracia en el mejor sentido. Toda idea venga de quién venga es igualmente valiosa. Resulta muy efectivo invitar al debate creativo a personas externas a la organización, pueden ser los llamados usuarios líderes o referentes de distintos campos sociales que trabajan en tendencias.

Destacamos en el lector que este punto 3 es el cuello de botella del proceso. Por no poder convivir con esta democracia de debate y generación de ideas muchas empresas y organizaciones frenan o fracasan en esta etapa. Muchos gerentes ven en esta dimensión de trabajo para innovar una amenaza a su ámbito de poder interno y boicotean en sigilo el proceso.

4. Método para el trabajo de los equipos

Innovar es el resultado de trabajo en equipo más gente normal que sigue un método. Por eso y para evitar el punto 3) anterior de posible fracaso en la democracia de ideas es que se elige un facilitador. Este facilitador tiene como única responsabilidad asegurar que no se censuren ideas, que se respeten aunque sean alocadas, y también de seguir unos pasos creativos que secuencialmente son : observación del entorno cliente/mercado donde quiero innovar, visualizar posibles soluciones innovadoras vía brainstorming, prototipar es decir hacer tangible posibles soluciones que surgen del brainstorming, diseñar en firme e implementar.

Es importante saber que en este proceso quizás debamos hacer más de un prototipo utilizando el concepto del MVP a efectos de agilizar el desarrollo y conseguir varios ciclos de refinamiento del producto.

5. Ambiente y agenda

Los equipos de personas que van a intentar innovar deben hacerse el tiempo dentro de sus funciones habituales y se debe respetar esto sin contaminar el proceso. Ambiente adecuado, sin celulares ni interrupciones, mejor fuera de la empresa si es posible, medio día por semana, medio día cada quince días, etc. por un período de tiempo que dependiendo del proyecto puede ser entre 2 y 4 meses.

6. Plano motivacional

Simplemente como empresarios tener cabal consciencia de que a las personas les gusta realmente y los motiva el ser convocados a innovar. O sea que lejos de disgustarlos es muy normal adhieran con gran entusiasmo a la convocatoria. Y más aún en las nuevas generaciones o millenials.

7. Reuniones de seguimiento y evaluación

Con determinada periodicidad monitorear el avance de los equipos desde la dirección pero con un cambio de paradigma : no exigir resultados a corto plazo y también en alguna ocasión ser tolerantes al fracaso. Especialmente cuando más disruptivo u osado haya sido el ámbito del proyecto.

8. Jornadas formales para festejar logros y capitalizar aprendizaje

Es clave para un cambio de cultura hacia la innovación que la organización pueda alcanzar hitos concretos de implementación pero también capitalizar aprendizajes en el caso de no haber llegado a un éxito total.

9. Recambio de equipos para la nueva temporada

La innovación no debe ser una iniciativa de nicho. Todo integrante de la empresa debe tener oportunidad de participar. Es por eso que se recomienda muy especialmente una vez finalizados los proyectos del año 1 pasar a un año 2 con nuevos proyectos y nuevos integrantes de equipos de innovación.

10. Impacto en el modelo de negocio

Desde la dirección de la empresa poder medir impactos de las iniciativas innovadoras en el modelo de negocio para poder redireccionar, reorientar o sugerir ajustes en el proceso de los equipos.

Dos mensajes finales para terminar. Innovación hoy es más moda que otra cosa en las empresas argentinas. No se animan realmente a meterse en serio en el proceso del Decálogo de 10 pasos que hemos descripto. Son pocas los que lo han hecho, grandes y pequeñas y los resultados han sido espectaculares. Falta convencerse realmente que hacer esto es una cuestión de supervivencia y que la clave es tomar consciencia que innovar no es tener genios solitarios e inspirados en la empresa sino equipos de gente normal que con el adecuado ambiente y siguiendo un método se animan a cambiar lo que hacemos todos los días.

Ambos son coautores de los libros Liderando la Innovación y el Desafío de la Innovación (Editorial TEMAS)