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Las mujeres, cada vez más protagonistas

En algunos renglones de las pymes, son líderes en cuatro de cada diez empresas. Y ejercen ese liderazgo en sintonía con lo que la empresa demanda: forjar relaciones, fidelizar clientes, empatizar con sus necesidades y tender puentes.
Publicado martes 6 de diciembre de 2022

06/12/2022 Revista Clarín - Pymes - Nota - Información General - Pag. 61

Es creciente el protagonismo de la mujer a la hora de dirigir empresas. Según el informe “MiPyMES lideradas por mujeres” del Ministerio de Desarrollo Productivo en nuestro país una de cada tres micro, pequeñas y medianas empresas tienen una mujer al frente. Otro estudio de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) muestra que hay más de 36.000 pymes lideradas por mujeres y el indicador de Participación de la Mujer en las Pymes (IPAMUP) que impulsa CAME arrojó que 41,9% de las pymes están lideradas por una mujer. La mayoría se encuentran en el comercio, en rubros como indumentaria, calzados o perfumerías. En la industria, la presencia femenina como única dueña es baja y casi siempre se encuentra acompañada por un hombre. Solo en 6,2% de esas empresas no hay un varón propietario.

Las mujeres se abren paso en el mundo de las pymes. Por un lado, el consumo está cada vez más orientado hacia ellas. Por otro, administran el presupuesto familiar e influyen en las decisiones financieras de ahorro e inversión. Sin embargo, diversos estudios muestran que sus empresas tienden a ser más pequeñas y a crecer a un ritmo más lento que las de los hombres.

Si bien esta brecha existe y es amplia, como también la desigualdad a la hora de acceder al financiamiento (un ejemplo de que el camino para crecer no está exento de dificultades) es preciso no quedarse atrapado por las barreras y poner el foco en todo lo que ellas pueden aportar, más aún en un contexto tan desafiante como el actual.

En efecto, estamos siendo testigos de cambios importantes en el entorno empresarial y las habilidades femeninas están llamadas a jugar un rol protagónico. Antes, era fácil dirigir los negocios desde un escritorio teniendo en cuenta indicadores meramente económicos. Ahora hace falta forjar relaciones, fidelizar clientes, empatizar con sus necesidades, tender puentes. Para todas estas acciones, las competencias de las mujeres se muestran como fortalezas que suman e impactan en los negocios.

En general, las mujeres tienden más a dar poder a otros que a acumularlo a título personal. Por eso su estilo suele ser más democrático, dialogante y pedagógico. Suelen intervenir en las decisiones asumiendo un rol de mediadoras y constructoras de consenso. Estas características aportan mucho a una nueva visión del poder: abierto, no competitivo, innovador, flexible, consultivo, comunicativo, colaborativo; persuasivo y cooperativo más que impositivo; un liderazgo, en definitiva, asumido como una responsabilidad de todos.

A la hora de resolver problemas y aportar propuestas, las mujeres suelen aplicar su empatía para colocarse en el lugar y en las circunstancias de los demás, sumando una buena cuota de intuición y de flexibilidad, reconciliando expectativas y combinando experiencias para conseguir el compromiso de los involucrados. Buscan alternativas que permitan ganar a todos, desarrollando la cooperación y la participación. Esto las lleva a desarrollar también mejores habilidades para motivar a los demás, dedicando tiempo a los que trabajan con ella, reconociendo sus capacidades y esfuerzos. Su capacidad multitasking les permite atender varias cosas a la vez y en consecuencia ser más creativa a la hora de buscar soluciones a los conflictos.

Cuentan con una mayor sensibilidad para detectar los detalles y más capacidad para adaptarse a diferentes estilos de personas y de situaciones. No se centran tanto en obtener victorias personales sino más bien el logro de todos y eso potencia su capacidad a la hora de negociar con otros. Estas competencias no sólo favorecen un buen clima en reuniones de trabajo o a la hora de dirigir personas, sino que son muy valoradas para entender mejor los mercados y captar las necesidades de los clientes, impactando positivamente en lo que todos buscan: hacer crecer la cuenta de resultados.

Por último, no hay que olvidar que los varones trabajando con las mujeres pueden descubrir y desarrollar también estas características propias y positivas del estilo femenino. De hecho, cada vez más hombres cuentan con ellas y es así como, lejos de cualquier competencia, todos salen ganando.

Patricia Debeljuh es directora del Centro Conciliación Familia y Empresa, IAE Business School Universidad Austral.