“¿Quién negocia hoy? ¿Trump? ¿Milei? Nadie negocia”. Con ese duro baño de realidad sobre la coyuntura de las relaciones internacionales, planteado por la excanciller Diana Mondino, comenzó la conversación en el panel “Comercio Internacional: cómo prosperar en la era de la fragmentación global” de la Jornada Consensus 2025, que tuvo lugar el 18 de septiembre.
Los diferentes oradores coincidieron en un diagnóstico contundente: la Argentina tiene una inserción internacional muy débil en un escenario global donde la geopolítica condiciona cada vez más el comercio. Moderados por los profesores Roberto Luchi y Alejandro Zamprile, los expositores compartieron sus miradas sobre los caminos posibles para transformar esta realidad.
El comercio internacional fue el punto de partida para pensar cómo un país con recursos extraordinarios puede convertirse en un actor más competitivo y estable en la economía global.
“No tenemos conciencia de que somos el peor de la clase en la región”, disparó Marcelo Elizondo, presidente del ICC y director del CARI, y recordó que Argentina representa apenas el 0,3% del comercio mundial, cuando en la primera mitad del siglo pasado estaba entre el 1 y el 2%. En su visión, este rezago no es responsabilidad exclusiva de un gobierno en particular, sino un problema estructural que se arrastra desde hace décadas. Con pocas empresas exportadoras y escasa presencia en cadenas globales de valor, Argentina necesita mejorar sus condiciones domésticas, generar acuerdos y facilitar la internacionalización. “Estamos entre los peores del mundo en muchos indicadores. Sin empresas que se expandan y compitan, no hay inserción internacional posible”, afirmó.
Diana Mondino, exministra de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, planteó que, en este contexto, el país debe recuperar una visión pragmática. Señaló que la Argentina ha tenido una tradición de neutralidad, cercana a los valores de Occidente, pero con clientes en Oriente y que necesita un marco estable y una Aduana que funcione. También invitó a abandonar prejuicios sobre la inversión extranjera, recordando que lo que permanece en el país es la infraestructura productiva, mientras que los dividendos que se llevan los inversores forman parte natural de la dinámica global. “Tenemos recursos extraordinarios. Lo importante es aprovecharlos con reglas claras, sin agraviar a otros países, y entendiendo que la inversión no es una amenaza sino una oportunidad”, resumió.
A continuación, Diego Guelar, exembajador en EE.UU., la Unión Europea, Brasil y China, y ex diputado nacional, abordó el rol del Estado desde una perspectiva histórica. Recordó el ejemplo de los corsarios ingleses como una forma temprana de asociación público-privada y destacó que cuando esa relación funciona bien, las naciones prosperan. También enfatizó que el Estado es fundamental porque establece reglas y da habilitaciones, y por eso, no puede quedar en manos de la corrupción. También subrayó la necesidad de construir consensos que trasciendan los cambios de gobierno: “En países vecinos, gane la izquierda o la derecha, los índices de inversión no se alteran. En la Argentina, cada recambio dispara incertidumbre. Necesitamos instituciones sólidas que den continuidad más allá de la ideología”.
Luego, la conversación derivó en una pregunta clave: cómo diseñar una hoja de ruta para cambiar este paradigma. Los tres coincidieron en que se necesita mayor institucionalidad, con acuerdos básicos que den previsibilidad, como una moneda estable, un orden macroeconómico sostenido, con disciplina fiscal y un entorno menos hostil para las empresas, y una estrategia de integración que aproveche mejor los acuerdos regionales, modernice la infraestructura fronteriza y reduzca la burocracia que encarece el comercio.
Mondino insistió en la importancia de que cada actor social conozca los detalles de los acuerdos y trabaje desde su lugar para aprovecharlos. Guelar remarcó que el ancla fiscal y la responsabilidad en el gasto público son creencias que deben consolidarse como pilares de la vida política y económica del país.
El panel dejó un mensaje común: en un mundo que avanza hacia “clubes de países amigos” que comercian entre sí, la Argentina no puede seguir quedando al margen. La construcción de consensos sostenibles, con instituciones fuertes, empresas internacionalizadas y cooperación entre Estado y sector privado, aparece como el único camino para que el país recupere protagonismo en el escenario global.
Organizada por el Centro de Negociación Consensus y la dirección de Alumni del IAE, la Jornada Consensus volvió a consolidarse como un espacio para reflexionar sobre la negociación estratégica y el rol de los consensos en ámbitos clave para el desarrollo nacional.