Revista Alumni

Summit 2021. Nuevos modelos de valor y oportunidades de crecimiento: ¿Cómo se construye un unicornio en Latinoamérica?

Publicado lunes 29 de noviembre de 2021

En el inicio del IAE Summit 2021, especialistas de distintas áreas empresariales dieron a conocer valores y oportunidades para conocer los detalles de las firmas valuadas en más de US$1.000 millones.

Durante el último año, incluso marcado por la irrupción de la pandemia de coronavirus, uno de los grandes fenómenos que marcó el mundo de los negocios estuvo vinculado con el crecimiento de las empresas unicornio. Por eso, en el inicio del IAE Summit 2021, especialistas de distintas áreas empresariales analizaron los valores y oportunidades detrás de estas firmas valuadas en más de US$1.000 millones.

Al comienzo del encuentro, el presidente del Board de IAE Alumni, Renato Falbo, propuso reflexionar sobre los paradigmas y desafíos actuales para detectar nuevas oportunidades. En coincidencia, Martín Zemborain, profesor de IAE Business School y director académico de IAE Alumni, invitó a “derribar esos paradigmas que muchas veces nos impiden aprovechar el enorme potencial de oportunidades de esta región”.

Para ello, la profesora de IAE Business School Silvia Torres Carbonell, puso el foco en el mundo de los emprendedores, lo que consideró el primer paso para convertirse en una firma de gran valuación. “Emprender es crear algo nuevo que no existía, es construir el futuro. IAE ha sido muy pionero en la mirada de promover a los que crean y recrean las empresas”, contó. E introdujo el concepto de empresas unicornio.

“En 2013 una fundadora de una firma de capital de riesgo acuñó el término ‘unicornio’ porque observó que muy pocas empresas crecían a velocidad tal que llegaban a una valuación de US$1000 millones. En ese momento había 32 compañías y hoy hay más de 700. Más de la mitad están en Estados Unidos, 160 en China y en Latinoamérica hay 34 unicornios”, explicó Torres Carbonell. Y detalló que en la región hasta el 2017 solo existían dos unicornios –Mercado Libre y Despegar- y a partir del 2012 se crearon otros 32, mientras que entre 2020 y 2021 nacieron 13 unicornios.

En primera persona

Para conocer cómo son los inicios de una firma que llega a convertirse en unicornio, Alejandro Vázquez, co-founder TiendaNube, contó que la empresa opera formalmente hace 10 años, pero comenzó antes de eso. “Somos cinco los fundadores. Mis socios estudiaron ingeniería informática, tenían que hacer una práctica y quisieron formar una empresa. Empezamos a trabajar en 2007 en un marketplace con un componente social”, rememoró.

“Era el momento del boom de las redes sociales. Gracias a esa experiencia había personas que usaron el producto y eran emprendedores que necesitaban esa vitrina online porque era muy costoso y difícil por cuestiones técnicas mostrar los negocios”, explicó.

En este sentido, analizó el crecimiento de la empresa y recordó que desde el principio el objetivo era crear una herramienta que sirva para ayudar a otros negocios y actualmente cuentan con 100.000 clientes, pero también reconoció que a lo largo del tiempo aparecieron “micromomentos críticos” que requerían tomar decisiones y priorizar algunas cuestiones sobre otras.

“Para mí no es un gran momento del negocio sino construir una cultura como compañía sólida. Es desarrollar cómo queremos hacer las cosas. Tenemos un propósito, objetivos, pero nos importa el cómo. Eso se construye todos los días”, sostuvo. Y agregó: “Para nosotros nunca fue un objetivo convertirnos en un unicornio. Son medios para un fin. El fin es nuestro propósito y el nuestro es potenciar historias de éxito, que pymes puedan ser exitosas en una economía digital”.

La mirada del inversor

Por su parte, Marta Cruz, co-founder de la firma de capital de riesgo NXTP Ventures compartió su mirada y señaló que como inversores se observan algunas cualidades en particular. “Miramos el equipo que sea complementario, que se ayuden unos a otros. Vemos cómo está formado, cómo se conocen y que tengan esa capacidad casi única de transmitir su visión, si realmente están convencidos de la oportunidad que quieren captar”, manifestó. Y añadió: “Lo único que podemos hacer es detectar equipos excepcionales, con estas capacidades y caminar junto a ellos”.

Sin embargo, la co-founder de NXTP Ventures también advirtió sobre una tendencia que se acrecienta en el mundo de los negocios. “Cada vez más emprendedores e inversores buscan el propósito como objetivo principal. Los inversores somos inversores con impacto. La rentabilidad es una consecuencia”, destacó.

“La realidad es que hay muchos problemas por resolver, sobre todo en las personas que están en la base de la pirámide. Hay mucho por hacer en el mundo de las finanzas descentralizadas. Todo lo que tiene que ver con la educación. Creo que viene una generación de emprendedores que vienen a resolverle la vida a otros emprendedores”, animó.

Apoyar a los emprendedores

Al debate se sumó María Julia Bearzi, executive director de Endeavor Argentina, quien agregó que desde la compañía donde trabaja se buscan emprendedores de alto potencial de crecimiento, que hayan detectado una oportunidad y que de eso se desprenda una solución a un problema de un segmento grande de la población.

“Lo nuestro es apoyo estratégico. Podemos establecer nexo con potenciales contactos para ayudar al desarrollo. También buscamos empresas que ya estén mirando afuera, en la región o el mundo. Una vez que son seleccionados por Endeavor reciben una batería de servicios para acelerar el crecimiento”, contó.

En tanto, a la hora de pensar cómo seleccionar a esas firmas, admitió: “Nos gusta pensar que a las empresas no solo se las debe evaluar por el valor de su negocio sino por la capacidad y el poder de su influencia, la capacidad de inspirar a otros, a sus empleados, ecosistemas y las próximas generaciones”.

¿Cebras o unicornios?

Por último, Jorge Silva, co-founder 10Pines, introdujo en el debate la irrupción del movimiento “Cebra”, fundado por cuatro mujeres en Estados Unidos como una crítica al mundo de las startups y que trata de poner luz sobre todas las empresas que no catalogan como unicornios, y que él mismo lleva a la práctica en su trabajo.

“Lo que se plantea un poco es que el modelo actual prioriza el consumo sobre la creación, la cantidad sobre la calidad. Se busca un modelo alternativo que balancee propósito y ganancia. Se buscan modelos más participativos, para alcanzar una sociedad más justa y responsable. Se busca ser una empresa mejor para el mundo”, planeó.

“Como era un movimiento nuevo, se decidió elegir el nombre cebra en contraposición a los unicornios. Primero porque las cebras son reales, no es algo mitológico. También los animales son muy colaborativos, ya que se mueven en manada. Y los colores blanco y negro representan el ser rentable y buscar mejorar la sociedad. Son las dos caras de esa moneda que intenta que convivan juntas. No sacrificar una cosa por otra”, detalló.

En este sentido, puntualizó que el objetivo del movimiento “Cebra” es la colaboración y la adaptación por sobre el rechazo al cambio. “Es buscar construir para encontrar una solución a un problema rápido y de forma de incremento”, dijo, aunque advirtió: “Se necesita un contexto o una cultura que permita este tipo de construcción, que se pueda aprender, que la falla no sea penalizada”.

Para comprenderlo, relató cómo lo pone en práctica en su propio trabajo. “Lo implementamos como una analogía de una mesa, donde hay toma de decisiones colaborativa y tenemos herramientas. Se necesita información que viene de números abiertos de la empresa. Para que la información tenga sentido hay una política de capacitar y repartir ganancias. El 50% de las ganancias se reparte de forma justa más que igualitaria”.