Seguinos en

Fortuna

LA HERENCIA ES CADA VEZ PEOR

Muchas incertidumbres en un año electoral CRISTINA KIRCHNER. Por ahora, la Vicepresidenta no impulsa una suba del gasto, como ocurrió antes de las elecciones de medio término de 2021.
Publicado martes 14 de febrero de 2023

Eduardo Fracchia

Revista Fortuna - Nota - Información General - Pag. 22

El contexto internacional continúa recesivo, los motores exteriores de la economía están cerca de la recesión o en ella misma. La guerra sigue y, salvo al maíz, no afecta a los precios de materias primas.
Estados Unidos tendrá un 2023 flojo por la suba de tasas y lo mismo Europa. China crece poco este año por el Covid; el año que viene y los sucesivos se esperan para este país tasas que no son las famosas “chinas” del ciclo expansivo iniciado con la reforma de 1978. Finalmente, Brasil, con su importante défi cit fiscal, estará cerca del 1% de crecimiento.

En el plano local describiremos una serie de aspectos que influyen en una tasa de crecimiento de cero para 2023.

La gestión Massa sigue dando estímulos puntuales que no constituyen un esquema unificado y que tienen contraindicaciones en el plano de la estabilidad monetaria tan difícil de conseguir.
El dólar soja de diciembre va en esta dirección. Entrarán más reservas, pero se expandirá más la base monetaria. El campo ha liquidado muchos dólares durante 2022 y sufre una sequía que se prolongará en 2023, y es un costo de relevancia.

En la actividad real es clave terminar con el gasoducto de Vaca Muerta para aligerar los problemas de abastecimiento que estamos teniendo en el frente energético, intensivo en el uso de dólares. En ese marco, continúan las tensiones por las restricciones de importación y suponen una fatiga excesiva para el sector privado por la incertidumbre asociada.
Siguen siendo problemas claves en la coyuntura la falta de reservas en el Banco Central y la ausencia de un ancla para la prometida estabilización a un ritmo de 3% mensual de inflación.
La conducción económica no quiere devaluar ante un retraso del dólar oficial porque hay temor a un salto mayor de la inflación.

Pareciera que se va a sortear una crisis de magnitud, pero podría darse un evento macro muy severo dado que se juega en el límite. El ajuste fiscal se sigue haciendo vía licuación, usando la inflación.
Este esquema general de Sergio Massa y Gabriel Rubinstein es apoyado por la Vicepresidenta, que no alienta por ahora prácticas como las de la elección de medio término, de expansión fiscal y fuerte populismo.

El Fondo convalida la gestión Massa, que está muy lejos de reformas de tipo estructural.

El ministro ha tranquilizado parcialmente a la plaza financiera pero no alcanza; hay sabor a poco y un 2023 conflictivo por las elecciones y por las internas en las dos principales fuerzas.
La herencia que se va acumulando para el próximo gobierno es bien compleja y peor a la de Axel Kicillof de fines de 2015.

Seguramente se querrá capitalizar la llegada de Lula Da Silva sacándole rédito político.
No parece una buena decisión plantear una moneda común con Brasil. Tampoco es razonable dolarizar por múltiples motivos, ni adoptar el real como moneda.

Los políticos parecen estar armando sus programas de gobierno con sus equipos técnicos.
Se sabe poco, pero están avanzando, sobre todo en la oposición.
¿Explotará la bomba antes del 10 de diciembre de 2023 o después? Esto supone muchas conjeturas y estrategias.

El país está muy estancado, por debajo del PIB per cápita de hace 10 años, con mucha más pobreza y con crecimiento del empleo público y del informal urbano, no así del empleo blanco registrado.
*Director del área de Economía del IAE Business School